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Este es el futuro de la medicina colocado en una placa de silicio. Lo que parecen ser paletas de caramelo en una bandeja, en realidad son microbots de 0.5 mm de diámetro.

La rapidez con que la tecnología ha sobrepasado las barreras de lo real, se ha reducido a esto: pequeñísimos robots capaces de insertarse en el cuerpo humano.

Tan pronto como un láser los corta, estos se disponen a llevar su contenido medicinal a nuestro cuerpo. Estos microbots fueron creados por el ingeniero Nelson Bradley y el estudiante Hsi-Tung del Instituto de Robótica y Sistemas inteligentes de ETH, Suiza.

Diseñados para combatir el cáncer y demás enfermedades infecciosas, los robots son capaces de insertarse en lugares impensables, como el torrente sanguíneo, el interior de un ojo o cualquier otro fluido corporal. “Los médicos pueden atacar directamente el cáncer o alguna infección bacteriana y hacer una entrega selectiva del medicamento que traen consigo”, dijo Nelson Bradley. Este método podría ser la cura para distintos tipo de cáncer avanzado. En lugar de atacar al cuerpo con un sinfín de medicamentos, quimioterapia y demás sustancias tóxicas, los microbots suministrarían fármacos justo en la región específica donde radica el mal, reduciendo los efectos secundarios; los científicos también pretenden utilizar este método para realizar microcirugías.

El movimiento es accionado por un campo electromagnético generado desde el exterior. Si el campo está activado, los robots se magnetizan y se atraen entre sí. Si el campo está desactivado, inmediatamente pierden su atracción y un resorte que los empuja y mueve. Esto sucede 2 mil veces por segundo a una velocidad de 13 mm/s. Los microbots en forma de disco solo pueden desplazarse en superficies planas y líquidos de dos dimensiones. 

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[Wired]