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Glenn Gould, el legendario y excéntrico pianista canadiense, genio según algunos, cumpliría hoy 25 de septiembre 80 años; en esta nota una breve semblanza biográfica y una pequeña muestra de sus singulares interpretaciones.

Este 25 de septiembre se cumplen 80 años del nacimiento de Glenn Gould, uno de los pianistas más reconocidos de las últimas décadas, un “espíritu puro” que estableció con la música una relación profunda, singular, expresada además diáfanamente.

Célebre sobre todo por sus interpretaciones de Bach, por la audaz sustitución del clavecín por el piano y el tratamiento de este como instrumento barroco, Gould también probó suerte con otros compositores: con los de la llamada “Segunda Escuela de Viena”, Schoenberg y Berg especialmente, con quienes sentía afín espiritual y estéticamente; con Brahms, cuya interpretación de sus Intermezzi se considera una de las más tristes jamás ejecutadas, una que se corresponde con la melancolía de las composiciones; con Debussy, con otros compositores barrocos, con Chopin (que nunca terminó de agradarle), con Mozart (sobrevalorado según su criterio, representante de ese dramatismo artificial que solo arruina la música), con Wagner y algunos otros que completan un repertorio sumamente riguroso, integrado a partir de una idea y una voluntad que quisieron devolver a la música el regocijo mental que representa, la alegría de la contemplación espiritual que solo a partir del entendimiento se extiende al resto de nuestro ser.

Por otro lado, en una época en que las salas de concierto con miles de butacas y la posibilidad de la grabación causaron sensación en la vida cultural, Gould en cierto momento renunció a todo ello o adaptó los propósitos de estos recursos para sus propios fines. Así, por ejemplo, a partir de los 31 años dejó de presentarse en público para volcarse totalmente a las salas de grabación, haciendo de estas el lugar idóneo para conseguir la interpretación perfecta, para ensayar una y otra vez hasta dar con el sonido buscado.

El pianista canadiense también contribuyó en la formación de esa idea más o menos vaga que a veces se tiene de un músico (o, como en su caso, de un genio): hosco, receloso del trato con los semejantes, a veces francamente misántropo. La excentricidad de Gould —siempre con frío, siempre con muchas prendas sobre él, temeroso del contacto corporal, con sus guantes, con la regla autoimpuesta de nunca estrechar las manos de otros, con escasísimas relaciones personales, esos murmullos al tocar el piano que tanto molestaban a los puristas, con rituales como el de ir cada tanto, en la madrugada, a un merendero en Toronto a cenar huevos revueltos— es también legendaria, motivo de curiosidad para algunos que quisieron ver en su personalidad algún tipo de autismo, probablemente Asperger, aunque otros más han refutado esta hipótesis.

Pero esto es lo menos importante. Siempre que seamos capaces de escuchar alguna de sus interpretaciones, poco, de verdad poco, será más importante.

A continuación algunos videos de YouTube con grabaciones de Glenn Gould. Una selección más o menos representativa pero no, en modo alguno, conclusiva. El acervo no es infinito, pero sí muy amplio, abierto para quien quisiera saber más sobre el pianista.

Twitter del autor: @saturnesco

Segundo y Tercer movimientos del Concierto para clavecín No. 5 de J. S. Bach (grabación de 1957):

 

 

Las Variaciones Goldberg en la grabación de 1955:

 

 

Las Variaciones Goldberg en la grabación de 1981:

 

 

Quinteto para piano y cuerdas de Shostakovich:

 

 

Tres Intermezzi de Brahms:

 

 

 

 

Schoenberg:

 

 

Glenn Gould como director: Mahler:

 

 

y Wagner:

 

 

 

 

Gould y su singular entendimiento de Mozart:

 

 

Fragmento del primer movimiento de la Partita No. 2 de Bach:

 

 

Una de sus composiciones, un divertimento bachiano: