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¿Postales del mundo inmediato? ¿En algún momento los destinos tóxicos serán la normalidad turística de un planeta que ha hecho de la contaminación la regla?

Conforme se va contaminando el planeta con sustancias químicas peligrosas, diferentes organizaciones alrededor del planeta ofrecen visitas a lugares contaminados. De la radiactiva Chernobil a la contaminada Vernon, hay cada vez más opciones de “turismo tóxico”.

 

  • Chernobil

Casi 25 años después de la explosión del reactor número 4, que originó la catástrofe nuclear de Chernobil, el Ministerio de Situaciones de Emergencia de Ucrania oficializó las visitas turísticas a la zona, que ya venía siendo recorrida por viajeros en tours independientes. Por 100 dólares, el turista es llevado a recorrer las instalaciones de la planta, la ciudad fantasma de Prípiat –donde sus 50 mil habitantes fueron evacuados tras el desastre, dejando sus casas intactas, como si todavía estuviesen allí-, un viaje en autobús por los alrededores y un almuerzo libre de radiación. Todavía quedan 2500 empleados trabajando en la planta para que la zona sea segura, emparchando las rajaduras de la estructura. Estiman que para el año 2015, el escape de radiación estará controlado definitivamente gracias a la construcción de un sarcófago. Las autoridades aseguran que el tour no es riesgoso para la salud, por eso los trajes protectores y las mascarillas son optativas.

Una pareja de turistas frente al reactor 4, el causante de la catástrofe nuclear

 

  • Los Ángeles

Tres horas en bus por Huntington Park, Vernon, Bell, Wilmington y Long Beach es lo que comprende el tour de contaminación creado por la organización “Communities For A Better Enviroment” (CBE). Durante el recorrido, los turistas pueden disfrutar de los olores más hediondos de la zona que expelen las refinerías de petróleo y el puerto y conocer una planta que reciclaba metales junto a una escuela. La primera parada del recorrido es el llamado "Pueblo Asmático", donde una buena parte de la población sufre problemas respiratorios a causa de los gases que emiten las industrias. La segunda parada es "La Montaña", una montaña de desechos de construcción. Estos paseos organizados, combinados con estudios científicos y denuncias ante las autoridades, han logrado que varias de las industrias dejen de operar cerca de zonas residenciales.

El director ejecutivo de CBE, Bill Gallegos, le dijo al Huffington Post que con la exposición de los casos de contaminación “Logramos remover La Montaña, detuvimos la operación de dos plantas de cromo, la construcción de una central eléctrica e impusimos las regulaciones de quema de petróleo para las refinerías, la central eléctrica en Vernon…”.

 

  • El Salto de Juanacatlán, Jalisco

Una imponente cascada de agua contaminada con espuma blanca que huele espantosamente es el destino del tour que organiza la organización Un Salto de Vida de la ciudad de El Salto, Jalisco. En torno al río que una vez fue paradisíaco se instalaron en los últimos cuarenta años una gran cantidad de industrias que vierten sus deshechos a esas aguas, que circulan en dirección a la cascada mientras se va generando una gran cantidad de espuma. La vista es imponente. Durante el recorrido, los visitantes tienen la oportunidad de aprender los nombres de las sustancias tóxicas vertidas en el agua y a qué órganos humanos afecta cada uno, causando enfermedades como cáncer, bronquitis crónica, alteraciones neurológicas etc.

Espuma blanca hedionda. Atractivo turístico de El Salto, en Jalisco

 

  • Río de Janeiro

En Río de Janeiro, la misma ciudad donde en cada encuentro de Naciones Unidas se promete redefinir los pactos ambientales del planeta, una organización denuncia los proyectos que hoy hay en marcha en esa misma zona, con grave impacto ambiental.

La organización llamada Río+Tóxico organiza un recorrido por las zonas afectadas en el conurbano de Río de Janeiro, para generar concientización sobre el problema e involucrar a las comunidades locales en la búsqueda de una solución.

Chicago

Las plantas químicas, las fábricas de plástico y las recicladoras son los puntos favoritos en los recorridos organizados por la Little Village Enviromental Justice Organization (LVEJO), una organización que se creó originalmente para instruir a los mismos habitantes de las localidades contaminadas sobre el daño que les estaban causando las industrias. El tono de denuncia de los recorridos despertó el interés de ambientalistas y simpatizantes de la causa, que ayudaron a convertir estos tours en verdaderos destinos turísticos. La LVEJO se encarga de hacer conocer al mundo las promesas de saneamiento incumplidas por parte de las industrias y del gobierno.

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