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Investigadores de la Universidad de Ryukyu en Okinawa, en Japón, han descubierto que la mutación hereditaria de una especie de mariposas es consecuencia directa del derrame nuclear ocurrido en la planta de Fukushima a causa del tsunami de 2011.

Luego de pasar un tiempo investigando las mutaciones ocurridas a la especie de mariposas Zizeeria maha, natural de Asia, científicos de la universidad japonesa de Ryukyu, que se encuentra en la prefectura de Okinawa,  concluyeron que alteraciones como la deformación de los ojos, la reducción en el tamaño de sus alas y malformaciones en sus antenas y sus patas, son consecuencia directa de la catástrofe ocurrida en la planta nuclear de Fukushima a raíz del tsunami que azotó la región en marzo de 2011.

Ya en mayo del año pasado los investigadores comenzaron a recolectar mariposas en las zonas aledañas a la planta, en total 144 insectos todavía en su forma de lavas, partiendo de la premisa de que las mariposas son especialmente sensibles a los cambios en su ecosistema. Y si bien en las primeras etapas de su desarrollo los insectos parecían normales, después se constataron cambios significativos, sobre todo en sus alas, que presentaban un aspecto imprevisible en cuanto a color, tamaño y forma se refiere.

Al principio al menos 12 de cada 100 mariposas (12.4%) presentaban alas mucho más pequeñas. Sin embargo, en la segunda generación este porcentaje aumentó al 18.3% y para la tercera las alteraciones ya cubrían a 33 de cada 100 (33.5%), con lo cual se comprobó además que dichas mutaciones son hereditarias.

En una segunda recolección de especímenes realizada en septiembre, las malformaciones estuvieron presentes en el 28.1% de los de 238 individuos examinados y en el y 59.1% de la segunda generación.

El descubrimiento cobra mayor relevancia porque según Joji Otaki, científico especializado en el estudio de las mariposas, esta especie se consideraba entre las más resistentes a la radiación nuclear.

[Deutsche Welle]