El gobierno en China ha decidido prohibir la entrada de todo ciudadano extranjero a la región del Tíbet, impidiendo así el ejercicio del turismo en uno de los puntos más atractivos del planeta. Esto como medida de represión a los recientes actos de autoinmolación que han tenido lugar en la zona religiosa: dos tibetanos tan solo en la última semana.
Esta no sería la primera vez en que las autoridades chinas presionan de la misma manera al Tíbet: en 2008 fue la última ocasión en que China prohibió el paso a visitantes extranjeros a uno de los centros religiosos del budismo.
De acuerdo con los directores de algunas agencias de viajes, la súbita imposición china tomó por sorpresa al mundo del turismo, que quizá en esta ocasión no tendrá forma de sortear la medida.
[ABC]