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Estableciendo un paralelismo entre la comida rápida y el consumo obsesivo de los gadgets más novedosos, el fotógrafo Henry Hargreaves realizó la serie “Gadgets fritos en aceite profundo”, en los cuales los dispositivos parecen recién salidos del aceite hirviendo.

¿Qué pasaría si arrojaras tu iPod, tu laptop, tus audífonos, tu consola portátil de videojuegos o algún otro artilugio similar a una freidora llena de aceite caliente, lista para dejarlos recubiertos de una capa crujiente?

Sin duda una combinación extraña que el fotógrafo Henry Hargreaves hizo protagonista de la serie “Deep Fried Gadgets”, “Gadgets fritos en aceite profundo”, inspirada por el caso de un joven japonés que subió un video en el que se come su PlayStation portátil luego de haberlo pasado por aceite.

Hargreaves quiso ir más allá y elaborar un menú más o menos amplio de esta culinaria tecnológica y pidió a sus amigos que le donaran todos los dispositivos que pudieran, prevenidos del destino que tendrían. El fotógrafo recibió entonces computadoras personales, discos duros externos y otros.

Al final, sin embargo, Hargreaves simplemente no pudo echar todo este material al aceite hirviendo, al parecer por seguridad, por no saber qué pasaría cuando arrojara una de esas cosas al líquido. Las fotografías son simulaciones hechas de hule espuma y después decoradas como los originales.

En cuanto a la justificación artística del proyecto, el fotógrafo habla de una narrativa compartida entre los gadgets y la tecnología móvil: “Obtienes el dispositivo, te emocionas por ello, lo consumes y después lo olvidas”, dice Hargreaves, quien intentó además romper con esa estética común de “porno de comida” y más bien dar un toque al mismo tiempo delicioso y repulsivo.

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