*

Alfombras de nubes actinoformes, formaciones radiales sobre los océanos, nos muestran la teleología evolutiva del reconocimiento de patrones, especialmente de los fractales.

Imágenes satelitales de nubes actinoformes revelan su estructura fractal, patrones que se organizan de manera autorrefrente flotando a bajas alturas, como sábanas marinas. Estas nubes, que también evocan los patrones que se encuentran en algunas hojas, son resultado de la interacción entre la radiación y la precipitación.

Desde tiempos inmemoriales el hombre ha buscado patrones en las nubes, generalmente encontrando formas animales, y en ocasiones usando este "lenguaje" de manera oracular. Medir el aire, por así decirlo, pero no sólo para predecir la lluvia, sino para decodificar el cariz genearl del instante.

El siempre estimulante sitio But does it float? ha recopilado imágenes de estas particulares nubes moteadas, para concluir lúcidamente que: "Queremos ver patrones en el mundo", porque "así evolucionamos".  El reconocimiento de patrones tal vez sea la manifestación más elevada de la inteligencia humana --finalmente en búsqueda de aprender a observar en la naturaleza los diseños de la mente divina, como deseara Einstein. Este reconocimiento de patrones ha dado su "salto cuántico" con la observación casi ubicua de fractales. Los fractales nos seducen, podríamos decir con esa interrogación flotante, hacia la contemplación de la unidad inherente en todas las cosas. Y el deseo de ver un patrón, es el deseo de encontrar sentido y de vernos en un espejo que es del mismo tamaño que el universo.

[Más imágenes de estas nubes]