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Miles de basureros clandestinos en una región de Nápoles han creado lo que se conce ya como "el "triángulo de la muerte", una zona donde sus habitantes, además de desarrollar cáncer o nacer con malformaciones, están envejeciendo prematuramente.

En Italia existe una región conocida como el “triángulo de la muerte” porque además de estar limitada por tres puntos específicos —las localidades napolitanas de Acerra, Nola y Marigliano—, recibe tan fatídico nombre porque en años recientes se han incrementado notablemente las malformaciones en recién nacidos y las muertes por cáncer.

Esto se debe en buena medida a que la zona se ha convertido desde hace varios años en un depósito ilegal de desperdicios, contándose hasta 1230 basureros clandestinos, la mayoría de los cuales podrían haber sido abiertos por miembros de la mafia local, la conocida “Camorra”.

Para saber si, en efecto, es la contaminación del entorno la que ha provocado tan nefastos efectos, un grupo de investigadores de la Universidad de Nápoles Federico II y de la Segunda Universidad de Nápoles, recolectó muestras de sangre de mujeres sanas que habían acudido a una clínica ginecológica para abortar.

Examinando las secuencias genéticas conocidas como telómeros de las células sanguíneas, Carmine Nappi y Bruna De Felice encontraron que los telómeros se mostraban más cortos en comparación a los de otras mujeres de una población vecina (y mucho más en aquellas que residían a pie de algún basurero). Hasta ahora dicho acortamiento solo observado como efecto de la edad o de reaccionas dañinas del metabolismo.

De acuerdo con Nappi, esto sugiere que las células “estuvieron expuestas a estrés oxidativo”, por lo cual las mujeres se encuentran un proceso de envejecimiento prematuro bastante severo. “Las mujeres están sanas, pero la reducida extensión de los telómeros significa que su envejecimiento celular es mayor al de su edad biológica”, abundó la ginécologa.

Entre la reacción en cadena que suscita esta cortedad en los telómeros se cuentan las malformaciones de los recién nacidos, sobre todo en mujeres que los conciben a una edad más o menos avanzada. Según Nappi, la dioxina podría ser una de las sustancias más presentes entre los desperdicios que podría estar afectando el desarrollo de los fetos humanos.

La región napolitana de Campania destaca en Europa por la manera en que se manejan sus desperdicios, políticas y hábitos que Nappi califica como “de tercer mundo” en contraste con lo que se realiza en el resto de Europa.

[New Scientist]