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La unión de la luz y el poder en una fotografía de Kim Il-sung que se niega a morir

Política

Por: Jimena O. - 02/18/2012

El fotógrafo bosnio Damir Sagolj retrata el instante en que un anómalo rayo luminoso interrumpe la melancólica decadencia de un atardecer norcoreano, mostrando la perenne ubicuidad que los dictadores intentan imponer en las fronteras que gobiernan.

Hace unos días publicamos una nota sobre los ganadores del World Press Photo 2012, una laboriosa selección de lo mejor del periodismo fotográfico especialmente difícil por los muchos eventos ocurridos el año pasado.

Entre la catástrofe de Japón a causa del tsunami, las manifestaciones populares de la llamada “Primavera Árabe” y otras situaciones críticas que viven varios países alrededor del mundo, sin duda hubo material más que suficiente para conseguir instantáneas merecedoras de los galardones otorgados en dicho concurso.

Y en este sentido los sucesos en Corea del Norte —la muerte de Kim Jong-il y la posterior sucesión en el gobierno de su hijo Kim Jong-un— no podrían pasar desapercibidos.

El fotógrafo bosnio Damir Sagolj capturó un melancólico momento en un no menos decadente atardecer norcoreano en que la grisura de una uniforme construcción situada en Pyongyang se quiebra por un anómalo rayo luminoso que destaca de la penumbra  un retrato de  Kim Il-sung, el fundador del gobierno comunista de Corea del Norte.

Alexis Madrigal, editor en The Atlantic, compara la fotografía con esas viejas demostraciones que los gobiernos montaban para que los ciudadanos conocieran la energía eléctrica. “La tecnología, en la asociación específica con el poder, parece hacer de esto algo de otro mundo”, escribe Madrigal.

Y es que la imagen de Sagolj hace pensar también en esa ubicuidad que alimentan los dictadores al interior de las fronteras que gobiernan, esa multiplicación hasta la náusea de sus efigies, sus rostros, sus ademanes, en todo sitio y lugar, en los rincones más cotidianos y también los más insólitos, como una recordatorio perenne y que quisieran inmarcesible de su paso por esta ínfima parte del universo.

“La luz y el poder van perfectamente juntas cuando todo lo demás se vuelve oscuro”, concluye el periodista.

[The Atlantic]