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"David Lynch in Four Movements" representa un lúcido tributo a uno de los cineastas más intrigantes de las últimas décadas.

 Para muchos, el exponerse a una película de David Lynch, representa una estimulante inmersión en un exquisito inframundo compuesto por estados de ánimo, murmullos estéticos, y narrativas que emanan de espacios minuciosamente configurados. Y más allá de intentar decodificar, de manera lineal, sus obras (especialmente algunas como Lost Highway (1997) o Mullholand Drive (2001)), parece que el recurrir a esta inmersión sensible resulta en un acercamiento ideal para hacer frente para empaparnos de las narrativas lyncheanas. 

Rindiendo tributo a este genio nacido en Montana, Richar Vezina creo el videoensayo "David Lynch in Four Movements". A lo largo de veinte minutos, Vezina enlaza algunas de las imágenes, o mejor dicho atmósferas, más representativas de sus películas, en un ejercicio que termina por dar vida a torrente sensorial e incluso emotivo, que nos permite dilucidar, individualmente, la esencia del cine de Lynch.