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La diabetes infantil, la hipocresía del Big Pharma y la ausencia del gobierno

Salud

Por: Luis Alberto Hara - 11/14/2011

Hoy es el Día Mundial de la Diabetes, y aunque muchos aprovecharán la ocasión para hablar sobre los hábitos con que puede prevenirse esta enfermedad, quizá poco se diga de la difícil situación en que el Big Pharma y los gobiernos permisivos sitúan a los niños con diabetes tipo 1 en sociedades medianamente desarrolladas.

Hoy se celebra el Día Mundial de la Diabetes con conferencias y notas periodísticas en todos los medios, con la intención principal de hacer consciente a la población sobre la necesidad de mejorar su hábitos alimenticios y reducir las probabilidades de desarrollar esta enfermedad crónica.  Las estadísticas son terribles: se calcula que en el mundo hay más de 346 millones de personas con diabetes y se calcula que en 2004 más de tres millones de personas en el mundo fallecieron por la complicaciones del exceso de azúcar en la sangre, muertes que un 80% ocurrieron en países de ingresos bajos y medios, la mitad entre personas menores de 70 años y aproximadamente un 53% en mujeres. La OMS prevé que las muertes por diabetes se dupliquen entre el 2005 y el 2030.

Solo en México hay más de 12 millones de diabéticos y se espera un crecimiento sostenido debido a los malos hábitos de alimentación condicionados por una vida sedentaria, el estrés de una vida sin oportunidades y carencias y un bombardeo mediático sobre los beneficios de la comida chatarra y los refrescos o bebidas gaseosas.

México ocupa el primer lugar en el mundo en cuanto a consumo de bebidas gaseosas con un promedio por ciudadano de 160 litros. La industria nacional de refrescos representa el 0.6% del PIB en México.

Pero el problema de la diabetes no es uno de adultos únicamente. La diabetes es la segunda enfermedad crónica más común en la infancia. Antes se creía que solo era una enfermedad presente entre adultos, pero existe la diabetes tipo 1, la cual surge en las primeras semanas de nacimiento y hasta los treinta años de edad, aunque es en el período de cinco a siete años y durante la pubertad cuando suele ser más común.

En la infancia puede desarrollarse la diabetes tipo 1 que es aquella que necesita la insulina inyectada para nivelar los niveles de glucosa en la sangre, aunque se ha demostrado que los niños que hacen ejercicio tienen mejores niveles de glucosa en la sangre que los que no lo practican.

La ignorancia sobre este padecimiento por parte de las autoridades y ciudadanos, así como la irresponsabilidad de las grandes empresas farmacéuticas, hacen que la vida con diabetes 1 sea un calvario para muchos niños y niñas mexicanos.

La vida de un niño y niña con diabetes 1 depende de un constante monitoreo de sus niveles de azúcar. Niños responsables que saben que no comer ciertos alimentos con alto contenido en carbohidratos y azúcares y la necesidad de conocer sus niveles de azúcar por lo menos tres veces al día, son algunas de las clave para sentirse bien y evitar complicaciones.

En México, las tiras de reacción que permiten a los niños evaluar sus niveles de glucosa cuando menos tres veces al día tienen un costo promedio de 10 pesos cada una, una exageración teniendo en cuenta que el salario mínimo mensual es en promedio de 1,500.00 pesos mensuales. Es decir, el costo de la tiras de reacción equivalen al 60% de los ingresos de una familia que subsiste con el salario mínimo. Por otro lado,  adquirir la insulina cuesta alrededor de mil 800 pesos, misma que se requiere aproximadamente cada 45 días, además de la caja de agujas para diabéticos con 10 piezas, cuyo costo es de 38 pesos (el niño puede requerir por lo menos tres piquetes al día).  En muchas ocasiones la insulina que se le facilita a los niños con diabetes 1 son las sobras que se les otorga a los pacientes adultos con diabetes tipo 2. Todo esto en el mejor de los casos, cuando los niños viven en zonas urbanas con sistemas hospitalarios, sin embargo, la situación empeora en regiones rurales con altos niveles de marginación.

La falta de conciencia y la ausencia de una autoridad que limite el gran negocio de Big Pharma hacen que los niños con diabetes 1 enfrenten en México un futuro incierto.

Si quieres más información consulta: Fundación Investigación en Diabetes