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Conaculta presenta una aplicación para iPad de "Blanco", el poema no-lineal de Octavio Paz en el que se propone translimitar la sucesión temporal para desdoblarse simultáneamente por todo el espacio


Cuando Octavio Paz escribió Blanco quiso llevar la poesía más allá de su ámbito natural de sucesión en el tiempo, para desdoblarla en el espacio, simultaneidad perceptual que la acerca a las artes visuales. Por esto es atinada la selección de este texto seminal (el blanco es también el semen creativo que funda sobre el vacío) como el primer poema interactivo con una aplicación de iPad en México, en el cual concurren diversos artistas allegados a la obra de Paz, para crear una experiencia multisensorial de multimedia que acercan a la sinestesia que reluce en la búsqueda original del poeta.

Conaculta presentó ayer esta app que podría marcar un hito en el acercamiento de la gran cultura a los nuevos medios y en el despliegue de cauces que revitalizan el consumo del arte. El libro digital de esta obra de Paz escrita en la India se puede leer íntegramente en silencio, o puede ser acompañado con la lectura del propio autor, Eduardo Lizalde y Guillermo Sheridan. Además, ofrece la opción de  surfear el texto bajo una gama alternativa de lecturas: “poema completo” “el tránsito de la palabra” “el poema erótico” y su “contrapunto” y varias otras combinaciones. Cuenta, también, con reflexiones en torno al poema a cargo de Enrico Mario Santí, Eliot Weinberger y Haroldo de Campos.

La riqueza que permite el medio traslumbra  en la incorporación a la experiencia estética de  video entrevistas con Eduardo Lizalde y Adolfo Castañón; discos vusales con las obras plásticas realizadas por Vicente Rojo en colaboración con Paz; el diálogo pictórico Illuminations entablado entre el pintor Adja Yunkers y el mismo Paz; y la  sinfonía inédita escrita por el compositor norteamericano Richard Cornell. Todo esto contribuye a la transmisión de la intención metapoética del Nobel mexicano:

Traslumbramiento:

No pienso, veo

--No lo que veo,

--Los reflejos, los pensamientos veo.

--Las precipitaciones de la música,

--El número cristalizado

--Un archipiélago de signos.

Aerofanía...

 

Aquí entrevemos el impulso que mueve al poeta y en el cual, al trascender los límites de su particularidad, se funde en la universalidad de la expresión artística, queriendo convertirse en un diáfano flujo totalizador en el cual confluyen todas las artes, el tiempo y el espacio como signos de la etenidad inasible (que se autoproyecta). Paz invoca a Rimbaud (en su "Alquimia del Verbo"), pero también a Pitágoras con su música de las esferas y su harmonia mundi.  Al fin de cuentas hacia lo que avanza, en su danzante río de signos, es hacia el tantra, la fusión de los sentidos y la fusión de los opuestos, a través de la puerta luminosa del sexo. "By passion the world is bound, by passion too the world is released" (The HevajraTantra), cita memorable que da inició al vértigo vacuo de Blanco (semen e infinito). Esta es la paradoja consustancial al misticismo, aquello que encadena, desencadena:  el cuerpo, que es la cárcel, también es la puerta que detona la eclosión del espíritu; son los placeres de la carne, que atrapan en la ilusión, también los que disuelven el yo, y dan acceso al éxtasis de la divinidad. En el tantra, en el erotismo de la llama violeta que anega en el sunyata, el hombres es cosmogénesis, a la vez que que su identidad se destruye en el fuego. En Blanco Paz continúa la obra del Espíritu, la Literatura, que busca decir/hacer una imagen --un haz de luz relampagueante-- en la cual la divinidad/el hombre se pueda contemplar y, en esa mirada, salir del tiempo.