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Ingeniosa máquina, ideal para fiestas literarias, convierte palabras en sabores que se mezclan generando un colorido cóctel gramático.

Entre un infantil ejercicio escolar y una mágica demostración de alquimia verbal, la máquina de Morskoiboy convierte palabras en sabores, mezclando un cóctel de colores distinto para cada combinación de letras, acercándose de esta forma a materializar aquella metáfora de que las palabras tienen una cualidad multisensorial.

La máquina de escribir  está conectada a una serie de mangueras por un sistema hidráulico y al teclear se van inyectando pizcas de jarabes de distintos sabores a una bebida. Esta máquina transparente steampunk también incluye un panel LCD (Liquid Cocktail Display) y por supuesto  permite también incluir alcohol en sus vasos comunicantes, convirtiéndola en un divertido artefacto de azar fiestero, gracias al cual, literalmente, las personas pueden beberse sus palabras.

La máquina emula la sinestesia de Rimbaud, quien escribiera : “A negra, E blanca, I roja, U verde, O azul: vocales,/ algún día diré vuestro origen secreto; negro corsé velludo de moscas resplandecientes…”, dimensionando al lenguaje como un flujo multisensorial que puede traducirse en distintos planos : visual, auditivo, táctil, gustativo y olfativo, todos los cuales se conjugan en una bebida, cáliz del verbo.