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Gemidos sexuales de las mujeres ligados a complacer a su pareja, y no a su orgasmo

Por: Jimena O. - 08/15/2011

Más que por su propio placer, las mujeres gimen para complacer a su pareja durante el acto sexual, según revela un estudio realizado por investigadores de una universidad británica.

La versión difundida de que si una mujer que no hace gran cantidad de ruido —jadeos, gemidos, mugidos— no está disfrutando del sexo y que estos pueden ser usados para sondear si ha llegado al orgasmo, parece estar equivocada, sugiere un reciente estudio científico. Según investigadores de la Universidad Central de Lancashire, las "vocalizaciones copulatorias" de una mujer son más frecuentes antes de su clímax y durante el de su pareja que durante su propio orgasmo.

El descubrimiento se realizó analizando a 71 mujeres con un promedio de 22 años, lo cual hace pensar que esta tendencia podría variar en mujeres más maduras que no piensen tanto en ajustarse a una versión idealizada —o programada culturalmente— del sexo.

El propósito del estudio era determinar si las expresiones vocales de las mujeres son detonadas por el orgasmo o si ocurren de manera independiente.

Las mujeres que participaron en el estudio señalaron que tenían más probabilidad de vocalizar durante el orgasmo o el acercamiento al clímax de su pareja. Esta discrepancia se debe a que  "las mujeres están manipulando el comportamiento masculino para su beneficio", según los autores del estudio.

Esta manipulación sonora y gestual del placer de sus parejas para llevarlos al orgasmo puede ocurrir consciente o inconscientemente. Es posible que algunas mujeres estén influenciadas por la versión idealizada del sexo donde una cópula placentera debe de ir acompañada de una serie de sonidos que funcionan como señales tangibles de ese placer. O, de manera inconsciente y evolutiva, tal vez las vocalizaciones copulatorias sirven para incrementar la posibilidad de que el hombre tenga un orgasmo y de esta manera aumentar la posibilidad de las mujeres de quedar embarazadas.

En un sentido estrictamente biológico el amor y el placer son los trucos que usa la evolución para hacernos propagar información genética.

[Daily Mail]