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¿Te gustaría comprar un poco de excremento de tu celebridad favorita?

Por: Luis Alberto Hara - 08/31/2011

Un peculiar entrepreneur nos presume su negocio: recolectar excremento de famosas celebridades como Tom Cruise o Jennifer Aniston, para luego vender las escatológicas reliquias a los fans; su objetivo es financiar la construcción de una nave galáctica.

venta de excremento de celebridades como tom cruise y leo di caprio

Curtis Cook es uno de esos tipos que a pesar de su aspecto descuidado y su cuasi hippie look, podría ser considerado como un verdadero emprendedor. Habitante de Toluca Lake, California, un distrito de Los Ángeles que se encuentra a pocos kilómetros de la meca de la cultura masiva pop, Hollywood, Cook emplea su tiempo en construir robots capaces de hacer alguna gracia (como tocar música), además es DJ y prepara un magno proyecto: la fabricación de una nave de propulsión magnética que aunque no podrá volar (como nos confiesa con humildad nuestro amigo), si podrá elevarse por lo menos un metro del suelo. 

Pero el espíritu entrepreneur del buen Curtis va más allá de sofisticados pasatiempos y ambiciosos proyectos semi-galácticos. Aprovechando su ubicación geográfica, su ingenio y la decadente hipnosis que las celebridades ejercen sobre las masas, este californiano ha arrancado lo que él llama un "negocio de nicho". Tras haberse apalabrado con el personal de producción encargado de los campers de las estrellas (casas rodantes que sirven como camerinos privados para los actores durante las filmaciones), Curtis recibe una alerta cada vez que un día de grabación termina. A continuación ordeña los desechos fecales y demás singularidades que las celebridades han depositado en el WC. Ya con su peculiar cargamento se dirige a su casa, en donde, mediante un minucioso proceso selectivo, rescata lo que considera que puede ser apreciado por los fans, principalmente trozos de excremento. 

Entre el acervo de Curtis podemos encontrar materia fecal de algunas de las top celebrities de Hollywood como Tom Cruise, Justin Bieber, Leonardo de Caprio y Jennifer Aniston. Curtis guarda las muestras en frascos dentro de su refrigerador (conviviendo, por cierto, con los alimentos de nuestro simpático empresario), cuidadosamente etiquetados con el nombre del "autor", la fecha de extracción, el número de escena que se grabó ese día y el nombre de la película que la celebridad filmaba.

Y a pesar de que resulta una obvia y radical crítica a la cultura grupie y el frívolo fanatismo en torno a Hollywood, lo cierto es que Curtis realmente no se encasilla en ideologías subversivas o en sagaces críticas de lo que su negocio evidencia, sino que confiesa con toda sinceridad que el fin de su negocio de nicho es simplemente recaudar dinero para poder terminar de construir su propulsor magnético, el cual eventualmente pudiera transformarse en una nave espacial, como una épica consagración del virtuosismo garage, esto es, una oda a aquellas personas que utilizan sus cocheras para dar vida a fábricas clandestinas y laboratorios en donde se tributa a la creatividad humana.

En Pijama Surf enviamos un sentido aplauso a Curtis, a su espíritu emprendedor y a sus dotes alquímicas, capaces de transmutar "caca de estrellas" en naves alter-siderales.