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El comediante Jonnie Marbles arrojó un pastel en el rostro de Rupert Murdoch mientras éste estaba siendo cuestionado por el Parlamento Británico por el escándalo de las intervenciones telefónicas; la esposa de Murdcoh demostró su fiereza golpeando al agresor.

Hay cierta justicia poética en ver que el rey caído reciba un karmático pastelazo en la cara ante el Parlamento británico, en una transmisión de TV en vivo, convirtiéndose en el bufón por unos momentos.  Murdoch inició su comparecencia ante el Parlamento británico de esta manera: "Me gustaría decir una sola oración: este es el día más humillante de mi vida". Tenía razón pero todavía le faltaba recibir un pastelazo en la cara.

A poco de iniciada la sesión en la que Murodch y su hijo James respondieron preguntas sobre el escándalo de la intervención de teléfonos en el que los diarios de Murdoch están involucrados —arrastrando consigo a Scotland Yard y a varios políticos—, básicamente haciendo de su tabloide una especie de agencia de espionaje y chantaje político, un hombre se acercó a Murdoch con un plato lleno de crema que impactó sobre el rostro de Murdoch, aunque no como hubiera deseado, ya que la esposa de Rupert,  Wendi Deng, semi-bloqueó el ataque, propinando una fuerte cachetada al agresor, demostrando su fiereza al proteger a su esposo casi 40 años mayor que ella.

Aunque el agresor,  el comediante  y anarquista Jonnie Marbles, fue luego sometido con gas lacrimógeno por la policía, no hay duda de que pasará a la posteridad por su genial utilización de un postre. Una muestra significativa del encono social que han generado las prácticas violatorias y totalmente manipulativas de la opinión pública de Murdoch y su imperio de medios.

Durante la sesión Murdoch y su hijo se deslinadaron del hackeo de teléfonos y argumentaron que no tenían conocimiento de la ejecución de dichas prácticas. Como suele suceder con la estructura de poder piramidal, los magnates podrán escudarse en la cadena de mando, condenando a los subalternos y manteniéndose fuera de peligro en lo alto del castillo.

Ayer fue encontrado muerto el reportero Sean Hoare, el primero en sonar el silbato a propósito de la intervención de teléfonos por parte de News of the World y quien declarara también que ejecutivos de este diario tenían conocimientos de lo que estaba sucediendo. Sin embargo, de manera increíble la policía dijo que su muerte no era sospechosa en relación con el escándalo News of the World.

[Blog de  Jonnie Marbles]