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La Comisión Costera de California rechazó el plan de David Evans, The Edge, de construir cinco mansiones sobre los acantilados de Malibu

Las dudas sobre la integridad de las acciones del grupo U2 se acumulan. Los reclamos en torno a la verdadera filantropía de Bono, la posición del grupo en contra de la descarga de música por internet, su relación con ricos hijos de empresarios mexicanos con inversiones en el negocios de las armas, la huella de carbono que U2 deja a lo largo de sus espectaculares presentaciones alrededor del mundo, el reciente apoyo a la política de guerra contra el crimen del gobierno panista de Felipe Calderón Hinojosa durante un concierto y su ostenso estilo de vida, son algunos de los más destacados cuestionamientos que confrontan su pretendido activismo social y sensibilidad para las llamadas buenas causas.

De esta maraña de dudas sobre la honestidad de la agrupación de rock y la distancia entre su discurso y sus acciones, The Edge, el guitarrista del grupo, no parece distinguirse de su compañero Bono. La Comisión Costera del Estado de California rechazó el proyecto del guitarrista para desarrollar cinco mansiones a lo largo de un franja de costa californiana en la residencial y pintoresca Malibu.

La Comisión Costera de California, que supervisa el desarrollo de la costa, rechazó esta semana —8 votos contra 4— el plan de David Evans, The Edge, de construir cinco mansiones y volverá a discutir el proyecto hasta dentro de cuatro años. Sin embargo, todo parece indicar que la lucha irá a las cortes del estado de California.

Las intenciones inmobiliarias del músico han dividido opiniones varias. Paa Peter Douglas, director ejecutivo de la Comisión Costera, el proyecto es uno de los “más devastadores del medio ambiente que he visto en la historia de 38 años de la Comisión Costera". Grupos ecologistas se opusieron a la carretera que tendría que ser construida solo para acceder a las casas.

También algunos de los ricos vecinos cabildearon en contra de la construcción porque no les agradaba la idea de que las cinco mansiones sobre los acantilados obstruirían la vista de sus casas. La mansión principal es la The Edge con 1,179 metros cuadrados de construcción. Las mansiones se ubican en 63 hectáreas de terreno.

En su defensa, The Edge y otro cuatro propietarios convencieron, por medio de una donación de un millón de dólares, a un grupo de conservación de que el proyecto es ecológicamente responsable y que el camino para llegar a las mansiones sería un espacio abierto para excursionistas.

Por su parte, la empresa comisionada para la edificación del lujoso conjunto habitacional coincidió en lo anterior agregando que el proyecto —disponible en este sitio: http://www.leavesinthewind.com/— se desarrollaría y cumpliría con las más altas normas ecológicas y de sustentabilidad.

El debate sobre los efectos ecológicos de la mansión de The Edge seguirá, sin embargo, si a este respecto algo puidera preguntársele a The Edge, sería:  ¿Necesitas una mansión sobre unos acantilados de California para vivir?

(New York Times)

(Hollywood Reporter)