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Las naciones africanas se unen para impedir la incesante expansión del Desierto del Sahara, el cual devora los bosques, los cultivos y las granjas.

La Gran Muralla China se construyó para impedir la entrada de las poderosas hordas mongolas hace cientos de años; ahora, la Gran Muralla de Árboles de África enfrenta un enemigo todavía más formidable y ubicuo: el Desierto del Sahara.

Las cambiantes arenas del Sahara se arrastran cada vez más hacia Sahel, consumiendo granjas, bosques y campos. Ante tal enemigo, las naciones africanas solo pueden unirse para intentar impedir su avance plantando árboles en una línea que comienza en Senegal, sigue por Mauritania, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Eritrea, Etiopía y termina en Djibouti.

De completarse esta muralla, que ya ha empezado a ser desplegada, cubrirá alrededor de 15 mil kilómetros de ancho y 8 mil de largo.

En Senegal acacias, con sus resistentes raíces, ya cubren 530 km, al norte de la región rural de Tessekere-Widu. El gobierno de este país actualmente está aportando 2.1 millones de dólares al proyecto, pero tomará 200 millones más completar solamente la parte de la muralla verde que le corresponde a Senegal. El proyecto entero costará miles de millones de dólares. Agencias internacionales ya han prometido más de 3 mil millones hasta el momento.

"Es un proyecto algo loco, pero un toque de locura ayuda cuando se concibe algo que nunca ha sido concebido", dijo el presidente de Senegal Abdoulaye Wade en el lanzamiento de la muralla verde en el 2005.

Un reporte de las Naciones Unidas advierte que para el 2025 hasta dos terceras partes de las tierras cultivables de África podrían ser devoradas por el inclemente Sahara.

La muralla, además, es una fuente de ingresos y creación de empleo para millones de pobladores locales, que son empleados plantando los árboles, cuidando de ellos y cultivando frutas y vegetales en jardines alrededor de los árboles.

Sin embargo, no todo es flores para el proyecto de la muralla de árboles. El profesor Lamine Gueye apunta que más árboles significa más resguardo para los mosquitos de la malaria, por lo cual se necesitarán tomar medidas preventivas eficaces.

[Discovery]