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La reciente censura y supresión de contenido de Facebook -el Big Brother perfecto- mueven a reflexionar sobre la construcción de un sutil facismo digital

La censura y la supresión arbitraria de contenido y fan pages de Facebook ha sido noticia  últimamente. Reportabamos hace unos días cómo la moral de Facebook consideraba que la pintura de "El Origen del Mundo", en la que se muestra una vulva, es inadecuada para su red social, incluso borrando las cuentas de algunas personas que suberon esta imagen. Ahora le ha tocado al sitio Ars Technica, cuya cuenta fue suspendida sin aviso hace unos días. Ars Technica investigando descubrió que cualquier persona puede hacer que cierren tu cuenta enviando un email reportando contenido supuestamente abusivo, incluso falsificándolo. Los brillantes policías digitales de Facebaook parecen censurar antes de pensar y pedir perdón después.

Hace unas semanas el editor de Dangerous Minds, Richard Metzger, posteó esta imagen de dos hombres besándose en su perfil, la imagen generó una polémica discusión en los comentarios; Facebook consideró por alguna razón que el contenido era impropio para su sitio y borró el post de Metzger. Al respecto Metzger dice:

"El problema verdadero aquí no es que Facebook sea una compañía homofóbica, es que su terrible política corporativa en cuanto  a censura necesita dejar de tomar el lado de idiotas, de los quejumbrosos y los menos iluminados y evolucionados entre nosotros como una cuestión de eficiencia para su negocio".

El problema es que Facebook concibe toda la información de sus usuarios como suya y no se da cuenta de que en cierta forma sus usuaros son sus socios (y no lo hará hasta que los usuarios empiecen a castigar la arbitrariedad de este sito dejando de usarlo).