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Un grupo de cristianos que supuestamente conoce la fecha del fin del mundo viaja en una carvana felizmente pregonando el apocalipsis

En un bizarro caso de escatología posmoderna, un grupo de cristianos viaja por todo Estados Unidos en coloridos autobuses  con imágenes cósmicas para dar a conocer que el fin del mundo llegará el 21 de mayo del 2011, lo cual es para ellos un acontecimiento digno de la más alta celebración.

Según este grupo, que sigue la predicciones del ministro de Family Radio, el 21 de mayo las personas que creen en Jesús seran elevadas al cielo mientras el resto de la humanidad padecerá 153 días de tormentos hasta el 21 de octubre en el que el mundo por fin acabará (según Carl Johan Calleman el fin del calendario maya es el 28 de octubre del 2011).

Este grupo de cristianos viajan en lo que llaman el Proyecto Caravana a lo largo de Estados Unidos bajo la creencia de que sus fechas son absolutamente invariables e irreversibles. “Se que es absolutamente verdad, porque la Biblia es siempre absolutamente verdad”, dice Harold Camping. Según el sitio de FamilyRadio.com, las pruebas de que esta fecha será el apocalipsis, se remiten a que el diluvio ocurrió el año 4990 A.C., exactamente hace 7 mil años.  Dios habría dicho a Noé que tenía siete días antes de que el diluvio empezaría; razonan que que siete días equivale a 7 mil años, lo que hace al 2011 el año de este cataclismo final.

La segunda prueba se basa en una cuenta del día de la crucifixion, el 1 de abril del año 33 A.C. Según este razonamiento hay 722, 500 días desde esta fecha al 21 de mayo del 2011, lo cual puede ser representado así 5 x 10 x 17 x 5 x 10 x 17 = 722,500. Esta iglesia argumenta que los números tienen un significado especial: el 5 significa la redención, el 10 significa la compleción y el 17 es igual al Cielo.

Los peregrinos en esta cruzada apocalíptica señalan que nada importa ya más que la fe y que es un momento de celebrar. Sin embargo, es posible que este grupo de cristianos más que una genuina demostración de fe, se trate de lo que se podría llamar el marketing del apocalipsis que el mainstream media parece estar promoviendo, precisamente cubriendo manifestaciones como estas.