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El Kamasutra Católico: “Dios está en el orgasmo”

Por: Jimena O. - 01/14/2011

El fraile polaco Ksawery Knotz ha escrito un notable libro en el que exalta las virtudes del sexo como vehículo para comulgar con la divinidad y lo despoja del oxidado tabú impuesto por la Iglesia.

En una encomiable consagración del sexo, el fraile capuchino (parte de la orden franciscana)  Ksawery Knotz, polaco de origen, ha publicado una versión de las artes amatorias adaptadas al marco católico. Es especialmente significativo que sea un fraile de esta religión el que hable de lo que todas las religiones en el centro de su misterio saben, que el sexo y la otredad son la puerta a la divinidad, a pesar de que en el catolicismo se hizo del sexo tabú y pecado y un mecanismo de ejercer poder sobre la sociedad, controlando el kundalini de las masas.

Bajo el popular eslogan de "Dios está en el orgasmo", este fraile promueve ya su "Kamasutra Católico" por España y, en general, maneja un discurso bastante progresista.

"Hay que dejar de pensar que disfrutar con el sexo es malo", dice el fraile, y añade: "Si consideramos que hacer el amor es malo nos separamos de Dios", tal vez con conciencia de que es a través de la mujer que el hombre entra en contacto con la energía de la creación y viceversa. "Cuando los cónyuges hacen el amor no han de estar pensando en Dios, sino en ellos, el uno en el otro", es decir, la pareja sexual en este sentido —sumidos en la eternidad del presente— es la transubstanciación de la divinidad. "El sexo no es solo para tener hijos, pero tampoco para no tenerlos".

Knotz también reveló un cierta reverencia por buscar el orgasmo femenino: "para preparar una noche de intimidad, el hombre debe ayudar a la esposa en las tareas domésticas para que no esté muy cansada", "acariciar a la esposa es especialmente importante para preparar el acto sexual",  "a través del amor por su esposa, el hombre, después de alcanzar su propia satisfacción, debe acariciar los labios y clítoris de la mujer hasta que ella llegue al orgasmo".

Evidentemente el fraile Knotz promueve el sexo entre personas casadas y no el sexo casual, pero más allá del dogma del matrimonio, de cualquier forma promueve una especie de tantra entre parejas que a través de la práctica del sexo se internan en el ámbito de lo sagrado.

Además el fraile parece bendecir el sexo anal, la masturbación y todo tipo de posiciones y caricias: "Todo acto, caricia o posición sexual que tiene como objetivo la excitación del cónyuge está permitido, y agrada a Dios. Durante el acto sexual, el matrimonio puede demostrar su amor de todas las formas posibles, y brindarle al otro las caricias más deseadas".

La refrescante visión sexual del fraile Ksawery Knotz, nos hace pensar en que acaso "la pasión de Cristo" es también una forma de alquimia sexual, algo que se atisba en los textos gnósticos. ¿Cristo, el hombre que fue todos los hombres, no conoció la experiencia que une a los seres humanos más que cualquier otra y que crea vida a imagen y semejanza de Dios?

[Público.es