*

Paracaídismo desde el espacio: compiten por ser el primer humano supersónico

Por: Jimena O. - 09/07/2010

Dos hombres compiten por dar el salto más grande de la historia, 120 mil pies, al borde del espacio sideral y superar la velocidad del sonido en su caída. Esta es la épica de los deportes extremos de nuestro tiempo.

Arrojarse al límite del azul de nuestro planeta, en la estratósfera, al borde del espacio cósmico, y caer a más de 1230 km por hora, como una bala humana de regreso al vientre, es probablemente una de las muestras más desfiantes y extasiantes que puede realizar un hombre. A 120,000 pies de altura (36500 metros) el aire es tan ligero que un ser humano cayendo llegaría en 30 segundos a la barrera del sonido. En teoría, un paracaídista con el equipo apropiado -un traje presurizado, un globo de helio y una reserva de oxígeno- podría lograr ser el primer hombre supersónico por su propio peso, sin cruzar está velocidad en un vehículo.

El austriaco Felix Baumgartner y el francés Michel Fournier se han embarcado en su propia carrera espacial por lograr ser el primero en realizar esta hazaña, la cual según todos los rumores estaría por suceder en las próximas semanas. Baumgartner es el paracaídista más reconocido en el mundo, famoso por sus peligrosas proezas como paracaídista y basejumper. Entrenado en la milicia austriaca, tiene todo el apoyo de Red Bull, quien financía su proyecto Strato.

Michel Fournier tiene 66 años de edad y lleva 20 años intentando el récord del salto de mayor altura en la historia. Cuenta con pocos patrocinios y pocos esperan que logre vencer a su joven oponente. Sin embaro este veterano militar francés, que tuvo que exiliarse porque su gobierno no le permitía brincar de ciertas alturas, podría ser el viejo caballo negro. Toda su dedicación esta puesta a lo que llama le grand saut.

El récord anterior lo tiene el estadounidense Joseph Kittinger quien completó un salto de 102,800 pies en 1960. Durante el salto su guante izquierdo se rompió y la presión cercana al espacio hizo que su mano creciera el doble de su tamaño. Kettinger forma parte del equipo Strato y aconseja a Baumgartner.

Según Kettinger a los 102,800 pies se confrontó con "un vacío absoluto", "hermoso pero hostil". A 120,000 pies esto sera peor, los paracaídistas espaciales se expondrán a la combinación de frío congelante y rayos del sol sin ser filtrados. Correrán el riesgo de hipoxia (falta de oxígeno), mareo por decompresión y hasta alucinaciones antes de dejar su cápusla.

Baumgartner tiene planeado darle un tono teatral a su salto al vacío, está ensayando líneas para el gran momento ("Dejen de preocuparse de la muerte. Es como preocuparse del amanecer". Es una de sus frases).

Esperamos este épico lanzamiento estarósferico y mientras, para hacernos una idea de lo que será, los dejamos con una de las mejores bandas de la historia, los escoceses de Boards of Canada, con este vaquero espacial que penetra la divina y onírica membrana del planeta azul.