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Publican la imagen más detallada del choque entre dos galaxias masivas; la arquetípica colisión produce un cuadro sublime para nuestra conciencia óptica

La intimidad de la violencia cósmica jamás había sido retratada con tal fidelidad como en esta imagen. Durante cien millones de años dos galaxias espirales se han enfrentado en colisión perpetua. Este suceso, que recuerda al nacimiento del universo a través del caos en las filosofías de China (yin-yang) y Grecia, ha encubado miles de millones de estrellas encarnando sublimemente el arquetipo de la violencia armónica como principal generador de vida.

El esfuerzo combinado de tres telescopios espaciales de la NASA han logrado la imagen mas detallada del violento coqueteo entre estas dos galaxias, separadas de la Tierra por una distancia de 62 millones de años luz. Los tonos azules fueron aportados por el Observatorio Chandra X-Ray, mientras que el encargado de cubrir los tonos dorados y cafés fue nuestro querido telescopio Hubble y, finalmente, la información infrarroja, cortesía del telescopio Spitzer, arrojó la gama rojiza de la imagen. Esta orquesta de información óptica trabajó a lo largo de tres años, entre 1999 y 2002, y combinó más de 117 horas de observación espacial.

La imagen que resultó de este trabajo combinado nos permite una previsualización de lo que podría pasar cuando la Vía Láctea colisione con la galaxia de Andrómeda en unos cuántos billones de años. Así que podríamos afirmar que un cautivador e hiperestético escenario aguarda a nuestras conciencias.

Casi la mitad de los objetos difusos que se observan son jóvenes cúmulos que contienen decenas de miles de nuevas estrellas. La información del Hubble, revela las estrellas más antiguas de viejas galaxias en la regiones doradas, y filamentos masivos de polvo cósmico en café. La región captada en infrarrojo con el Spitzer muestra nubes de polvo tibio que son calentadas por las estrellas recién nacidas. Estas son las nubes más brillantes que vemos entre las dos galaxias originales. Finalmente los puntos brillantes en azul son cortesía del Chandra, y también son regiones de estrellas “en construcción” que contienen un cálido gas interestelar, el cual se encuentra fusionado con otros elementos como oxígeno, hierro, y magnesio, producto de la explosión de múltiples supernovas. Estos elementos pasarán a ser parte de una nueva generación de estrellas y planetas.

Así termina nuestro recorrido por esta fascinante fábrica galáctica que, como los sueños lúcidos que van tejiendo el futuro de la realidad convencional, se desdobla en un pulsante y policromático génesis: la delicada elegancia de la violencia cósmica atrapada en un mítico instante.

via Wired