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El experimentado surfer australiano, Ross Clarke-Jones, desafía las olas de 12 metros de altura generadas por un tifón en las costas de Japón

El australiano Ross Clarke-Jones, famoso por su larga carrera arriba de la tabla y por su eufórica sed de por desafiar los peligros del mar, se desliza sobre las olas generadas por un tifón o tai fu. Este fenómeno marino amedrenta cada año a la población de Japón, es la variable más intensa de la familia de ciclones trópicales, y suele ocurrir cíclicamente en el oceáno Pacífico. Su presencia es tan temida ya que a lo largo de la historia sus efectos han cesado la vida de cientos de personas y devastado pueblos enteros.

A diferencia de los huracanes los tifones son etiqeutados no con nombres de personas sino con referencias a árboles, animales, y otros personajes del mundo natural. En Japón simplemente los catalogan numerándolos de acuerdo a su aparición durante el año.

Clarke-Jones, uno de los más experimentados surfistas del mundo, montó estas olas monumentales en una mística demostración de destreza y valor. Guiado desde una lancha y sostenido por un arnés, se deslizó a través de olas que superaban los 12 de metros de altura. En su rally por retar las manifestaciones más violentas de la naturaleza marina, Clark Jones llegó a Japón para enfrentarse al temido tai fu, aventura a la que se unió el surfer local, Shimpei Horiguchi, y un equipo compuesto por algunos de los más diestros tablistas de olas grandes, entre ellos Tom Carroll, el brasileño Carlos Burle, los hawaianos Ian Walsh y Jun Jo y su compatriota Beau Emerton.

Y cuando Ross Clarke-Jones no está montando olas de tifones japoneses, seguramente lo podrás encontrar deslizandose a través de olas generadas artificialmente dentro del amazonas brasileño con aguas infestadas de pirañas y cocodrilos, o quizá parado en su tabla en ciertas costas de Sudáfrica famosas por la presencia de tiburones blancos. Parece que este australiano simplemente responde a un genuino llamado de su espíritu por ir en busca de los retos más intrépidos que podría alguien imaginarse tomando en cuenta dos ingredientes: el agua y una tabla. Pero para Clarke-Jones, quien ha surfeado olas de hasta 15 metros nada es suficiente:

"Espero poder montar una ola de 100 pies (33 metros). Existen olas de ese tamaño, sólo que son muy violentas y no siempre se prestan para ser montadas, Creo que al andar sobre esaos monumentales bloques de agua necesitas de equipo que aún no existe pero confío en que algún día, pronto, lo conseguire. se trata de reventar los límites del esfuerzo humano."