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Ingeniería en el vientre: hormona limita homosexualidad en niñas

Por: Luis Alberto Hara - 08/16/2010

Un controversial tratamiento hormonal utilizado para un raro trastorno tiene el efecto de hacer que las niñas se vuelvan más femeninas y pierdan los carácteres genéticos que manifiestan la homosexualidad.

Cada año alrededor de una docena de mujeres embarazadas descubren que llevan un feto con riesgo de un trastorno conocido como hidroplasia suprarrenal congénita. Esta condición puede hacer que las hembras desarrollen genitales masculinizados al punto de que es difícil distinguir el sexo de un bebé.

Un tratamiento hormonal para prevenir la ambugüedad genital está dispoible para la mujeres embarazadas que llevan fetos con estas condiciones. El tratamiento puede tener efectos secundarios, uno de los cuales hace que se reduzca la probabilidad de que una mujer sea homosexual. Es más, aumenta los carácteres femeninos.

El que se esté considerando este tratamiento ha contrariado a organizaciones gay y lébsicas y a algunos doctores alimentando el debate bioético de la naturaleza de la sexualidad humana.

El tratamiento hormonal tiene la ventaja de evitar una operación enital que más adelante puede ser peligrosa. La administración de esta hormona, el esteroide dexametasone, en pruebas con animales ha afectado la presion sanguínea y la memoria. Por esto algunas personas objetan que el tratamiento en humanos debe de ser investigado más a fondo.

Sólo son 1 en 15,ooo mujeres que padecen este trastorno en su embarazo; pero la cuestión de la hormona tiene que ver con recientes investigaciones científicas que parecen indicar que la homosexualidad se muestra en los genes, por lo cual algunas personas podrían iniciar este peligroso tratamiento hormonal para determinal la orientación sexual de su hija. Algunos se preocupan de que los doctores puedan decirle a los pacientes de los efectos de este tratamiento hormonal en cuanto a su influencia en el comportamiento sexual post-natal, y los padres quieran princesistas ultrafemeninas en vez de hijas que juegen en el lodo.

Es una cuestión delicada, puesto que por una parte trata a la homosexualidad como una enfremedad, algo seriamente cuestionable desde el punto de vista ético y en el plano de la diversidad, y por otra, un padre que sabe que su hija va ser lesbiana y puede cambiarlo antes de su nacimiento, se enfrenta con una difícil decisión, teniendo en cuenta el paradigma cultural de aspirar a la vida ‘ideal’ que nos marca la sociedad, lo cual podría comprometer su decisión dejando a un lado cuestiones probablemente más importantes.

Más información: LA Times