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Lindsay Lohan padecerá una condena de tres meses en una prisión de California por no cumplir con su libertad condicional.

Una de las princesas descarriadas del pop, cara a la cocaína y demás disolución, Lindsay Lohan, tendrá que cumplir una condena en la prisión tras haberse saltado los requisitos de la libertad condicional a la que fue condenada por abusar del alcohol y las drogas y por conducir bajo los efectos del alcohol.

Desde el pasado mes de mayo, Lohan lleva una pulsera en el tobillo, que le mide constantemente el nivel de alcohol en sangre. Al parecer la noche de los MTV Movie Awards Lindsay no pudo aguantarse y el medidor de alcohol saltó, dejando en evidencia que había consumido bebidas alcohólicas. Ese mismo mes, la actriz no acudió a una cita con la Justicia de Los Ángeles alegando que había perdido el pasaporte en Cannes, donde se encontraba participando en el Festival de Cine de la ciudad. Por estas razones, la juez Marsha Revel ha condenado a Lohan, de 24 años, a pasar los próximos 90 días en prisión. La joven deberá entregarse a la Corte el próximo día 20.