Quizás no exista nada mejor que los sueños y el sexo, y al parecer algunas personas logran combinarlos en el mismo acto, pero no necesarimente lo disfrutan.
El New York Times publica una nota sobre un estudio del Sleep Research Laboratory en Toronto que muestra que 1 de cada 12 personas que tiene trastornos de sueño reporta haber tenido relaciones sexuales dormidos.
El fenómeno, llamado sexosomnia, es una forma de parasomnia, un trastorno en personas que están dormidas pero que en un estado de semiexcitación actúan de una forma de la que no son conscientes. Este trastorno es definido por la Clasificación Internacional de Trastornos del Sueño y puede suceder en un episodio de sonambulismo.
La autora del estudio Sharon A. Chung dice que este comportamiento es un problema no en sí mismo sino porque perturba el ciclo natural del sueño.
En este sitio SBS se reportan casos puntuales de sexosomniacos, algunos de los cuales son especialmente agresivos cuando inican contacto sexual dormidos. Claro que también existe el caso de personas que fingen no recordar su comportamiento sexual ya en la modorra para evitar ser juzgados por sus torpezas.
Para la chica de este video, que al parecer llegaba a tener sexo varias veces en una noche dormida, la sexosomnia le ha impedido tener una pareja estable, puesto que su libido sube de sobremanera al dormir, de una forma insaciable.
Surge un racimo de preguntas, cómo ¿es más fácil obtener el orgasmo para una mujer dormida que despierta? (por eso de la relajación). Sabemos que en el acto sexual generalmente interviene un coeficiente de fantasía, pero estando dormidos ésta podría totalmente suplantar la realidad física, por ejemplo, dado el flujo onírico es posible que alguien tenga sexo con su esposa y sin embargo experimente en su mente el sexo con aquella sexy adolescente ucaraniana que vio en internet antes de dormirse. ¿Calificaría esto como infidelidad? La cual podría ser muy fácil de descubrirse si el sexosomne además cae en el somniloquio. Lo mismo ¿califica como violación?
Y cabe también la posibilidad destellante de navegar sonámbulo por un bosque o algún otro espacio y encontrarse con otra persona sonámbula y tener una relación sexual dormidos y nunca recordarlo y solo despertar con el rostro de esa persona intentado apearse del Leteo o acaso con una planta de ese bosque como un símbolo enigmático.