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El marketing penetra el momento más íntimo y original del futbol, sometiendo las celebraciones del goleador de España a los designios de la popular empresa hacedora de hamburguesas.

Celebrar un gol es generalmente el momento apoteósico de un juego de futbol, donde surge la alegría espontánea o en todo caso el ensayo festivo entre los compañeros y la dedicación a un ser querido. En el caso del goleador de la selección española, David Villa, ese ser querido se llama McDonalds.

Existía cierta duda por el festejo de tipo taurino que había mostrado Villa en Sudáfrica depués de sus anotaciones, pero el delantero aclaró: "Se ha montado un poquito de polémica por la celebración y, nada, aclarar que no es un gesto taurino sino que es un gesto prometido a una empresa, a un grupo de gente que me lleva temas de marketing, y que para nada es un gesto taurino sino un gesto de brindar el gol a toda la afición española".

Es evidente que Villa ha buscado capitalizar al máximo sus tantos con una buena cantidad de plata. En todo caso, si no logra conseguir la prima por ganar el Mundial con España (la más grande de la historia para un equipo), Villa al menos tendrá el dinero de sus goles. Esto además genera la polémica de hasta que punto Villa buscará el logro individual por sobre el del equipo cuando recibe un bono especial por meter gol. Y por supuesto para todos aquellos que aún no han entregado su alma al marketing, que consideran molesta su constante invasión y abyectos su principios, pues seguramente juzgaran el gesto como desagradable, al menos.

Quizás la comparación más adecuada a dedicar tus goles a McDonalds sería alguien que dedicara sus orgasmos -segundos después del espasmo, levantándose a agradecer- a una marca de aceite para automóviles o tal vez a una aerolínea. Aunque esto seguramente sería cómico, el nivel de enajenamiento y pleitesía a la corporatocracia (o coprocracia) no sería tan distinto. Borges y Bioy Casares jugaban con la idea de que el futbol era algo que ya había sucedido y que lo que veían en el presente sólo era un performance en los medios, como un holograma circense.

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