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Psicogram presenta: Razoo/Victory Days

Por: Jimena O. - 04/23/2010

Explotando por el agujero del conejo en el zoológico de metal de la gran ciudad: video experimental del proyecto conformado por Psicanzuelo y Fonogram.

Razoo (Victory Days) from Psicogram on Vimeo.

Psicanzuelo nos da una pista de la etimología visual del video, Ra-zoo, el zoológico de Ra (el dios de los flares solares), la gran ciudad como el zoológico sagrado y deleznable, abigarrado e impotente (de animales humanos) pero que se sienta sobre una energía seminal ancestral, que a veces explota, que en algún momento nos podría liberar.

A diferencia de la realidad en la naturaleza, la realidad urbana es pixelada, low-fi, llena de glitches y loops, como una mala copia. Un circo pesadillesco del cual sólo podemos escapar a través de la conciencia lúdica de reírnos de nosotros mismos, de aventarnos a los patos, de convertirnos en payasos cósmicos, de buscar al niño índigo interior (¿iluminado o idiota?) (a la belleza en esta ciudad horrible) entre el smog y el bullicio y la "cronología del asco". Y ahí esta, fresco, escapando a través del agujero del conejo dentro de esta patética Matrix. Ubicuo. Una necesidad de un baño lustral, de sacarse la mierda, "en la Ciudad del Espejo de Humo", de hacer burbujas y ver el cielo en el vórtice del agua cochina. La pequeña victoria del oficinista entre el cerdo mar, es domar la mierda y disfrutar.

La música de Fonogram "Victory Days" es un post-rock ambiental de repeticiones in-crescendo (Steve Reich vs Mogwai, in the Park) como los volcanes y cascadas que encienden euforias dentro del cuerpo, que nunca se extravasan, de una tensión interior, que es, casi como en la obra de Castaneda, una tensegridad.

El final del video es ominoso en el sentido del encuentro transpersonal. Recuerdo que Cortázar dijo que cuando tomó LSD alucinó que se le apareció su sí mismo, otro Cortázar mirándolo. Este es el asombo transontológico. En el video es la epifanía de la alteridad. Es también una especie de iluminación psicótica. Finalmente todos somos parte del circo, animales de la ciudad, freaks de un show secreto.

Chris Manz ha escrito aquí mucho, y con una penetración que nos supera, sobre los videos de Psicogram.