*

Analistas encuentran señales de disociación de la realidad en el comportamiento del presidente estadounidense; el síntoma primario es narcisismo excesivo

El analista de PJTV Media, Roger Simon, ha detectado recientemente algunos indicios de delirante mesianismo en el comportamiento del presidente de Estados Unidos Barack Obama. De acuerdo con este diagnóstico el síntoma primario sería una patológica dosis de narcisismo que ha conducido al mandatario a mostrar considerables disociaciones con la realidad de su país.

Según Simon, Obama se considera a si mismo como el más grande presidente de la historia y frases como “somos aquellos por los que hemos estado esperando” y “este es el momento en que los océanos se desaceleran y el planeta comienza a sanar” no son estrategias retóricas para nutrir con esperanzadoras proyecciones a la población estadounidense, sino que el presidente realmente las contempla como parte de una realidad absoluta o “realidad real”.

Este tipo de conducta ha insinuado, dentro de un análisis a su psique presidencial, que Obama realmente esta diluyendo su racionalidad en la proyección de una figura profundamente mesiánica que el ha decidido encarnar. Frente a esto surgen distintas teorías que puedan explicar esta desmedida credulidad en si mismo:

a) La brisa hawaiana que experimentó durante su niñez y parte de su juventud podría haberle inculcado un genuino optimismo difícil de comprender para cualquier persona que no haya disfrutado de unos buenos porros en esas costas.

b) Obama se autoprogramó así mismo, de manera involuntaria y accidental, al exponerse a la sobredosis de parafernalia mediática y pirotecnia discursiva que ha utilizado desde la contienda electoral para seducir a los ciudadanos de su país.

c) El lisonjeo desmedido por parte de su equipo de gobierno, amigos, y otros interesados, alimentó a tal grado el ego del mandatario que lo sumió en un enfermizo espiral de autoprotección psicótica.

d) Los grupos que configuran las agendas ocultas y que probablemente lo controlan a él, estilo Bilderberg, no midieron la dosis de programación que emplearían en el noble Obama y acuñaron niveles patológicos en la psique de su carismática marioneta.

e) El actual presidente de Estados Unidos no es el verdadero Obama sino que fue suplantado por un falso repuesto por las mismas personas que remplazaron al verdadero Paul McCartney en los 70´s.

e) Una bizarra combinación de todas las anteriores.

Más info:

Esquire: What if Obama´s out of his mind?