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Clotaire Rapaille es un obscuro guru del marketing que ha desifrado las neuroconexiones del consumidor basado en un análisis junguiano de arquetipos conductuales

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Una variante de la investigación de mercado busca revelar patrones entre los neuro detonantes que liberan la emoción específica de una persona frente a un cierto estímulo material o conceptual. Aquellos que han logrado hackear estas pautas dentro del cerebro del potencial consumidor, son considerados, y reverenciados, como gurus.

Clotaire Rapaille es uno de estos MKT illuminati. Un viejo francés que aparentemente ha logrado desicfrar la psique colectiva del consumidor estadounidense, orquestando con precisas neurotácticas su intención de compra frente a un determinado producto. Asesorando marcas, politicos, y agencias, desde su suntuosa mansion neoyorquina, este sombrío y calculador personaje se ha convertido en uno de los más prestigiados manipuladores de consumidores en el mundo.

Rapaille inició su relación con el estudio de la mente trabajando con niños autistas en Francia, y su trabajo le permitió entender algunos de los comportamientos neuronales que rigen la intención o la desición humana. El reto de trabajar con niños autistas le requería la decodificación de los mensajes e intenciones que manifiesta una persona a través de comportamientos sutiles, evitando a toda costa el diálogo directo. Rapaille parte de la base de que una persona no sabe lo que realmente quiere, y por lo tanto no podrá comunicarlo,. Pero en cambio si actuará de acuerdo a esos estímulos misteriosos aún para el mismo individuo. Y es precisamente esá area la que el busca programar dentro de las sociedades de consumo. “Yo no creo en lo que la gente dice… realmente no saben lo que quieren”, afirma.

Entre sus principales hallazgos, este dark lord del MKT confirmó las serie de “relacionamientos” inconcientes que se tejen entre una persona y el producto que ésta decide adquirir. Al parecer la piedra filosofal de las corporaciones, es el código detrás del comportamiento colecivo de su mercado (o sea nosotros, las personas). Precisamente ese obscuro objeto del deseo másivo constituye la formula mágica que permitirá el aprovechamiento de nuestro pobre desarrollo cerebral, enfatizando en el area neuronal que responde a estimulos reptileanos, y así controlando las acciones de la vulnerable sociedad contemporánea.

Por ejemplo, entre sus diversas formulas esta una que consiste en detonar lo que ha llamdo “botones del corazón reptileano” que apelan al impulso más primitivo de nuestro incosniente y que termina desdoblandose en acciones concretas, premeditadas, y alineadas con una estrategia de mercado. Estas y otras decodificaciones son incentivadas por el instituto que lleva su nombre Rapeille Institute que se jacta del expertismo en revelaciones arquetípicas de la conciencia humana.

Pero ¿De donde surge el consumo? ¿Es acaso una necesidad fisiológica que representa una especie de fatal flaw en el sentido shakespereano de la especie humana? Creo que más que una condena biopsicólogica, el consumo como pauta existencial representa una mezcla entre la inercia generada por un mantra cultural, mediatizado, y alimentado por una tendencia heredada, con ciertos detonantes neuronales específicos, quizá premeditados por un mainstream que se nutre de nuestro consumismo, y que apelan a la zona más primitiva (reptileana), predecible y mecánica, de nuestro comportamiento cerebral.

El MKT contemporáneo ha desarollado un intenso coqueteo con la neuromanipulación de sus potenciales consumidores, como la consagración máxima del desarrollo de su práctica. Gracias a esto se dibuja un escenario ciertamente amenazante para la psicolibertad del ser humano. Sin embargo, el desarrollo puntual de la consciencia, generando un sutil estado de alerta permanente, podría blindarnos aún frente a las más avanzadas tácticas de este tipo de agendas comerciales.

En Pijama Surf te invitamos a considerar esto y a ejercitar, con sensible libertad, el fortalecimiento de tu axis cuerpo/psique/espíritu y asi evitarnos el terminar escribiendo para un ejército de zombie lectores que han caído en la lobotomia marketingera de Rapaille y compañía. Ánimo… the best is yet to come.