Una especie de revolución territorial, encabezada por los miembros más adinerados de distintas tribus nativas, esta sucediendo en Estados Unidos. Cansados de esperar soluciones concretas a sus reclamos de tierras que originalmente les pertenecían, las tribus están recomprando los territorios que vieron crecer a sus ancestros.
El objetivo de esta movida es proteger dichos territorios y mantenerlos como santuarios, lejos del amenazante “desarrollo civilizador”. Entre 1998 y 2007 las tribus han adquirido más de 840,000 de acuerdo con el Bureau of Indian Affairs. Algunos de los grupos que han recuperado porciones de tierra, adquiriéndolas, están los Winnebago con 700 acres en Nebraska y los Pawnee con 1,600 acres en Oklahoma.
Antiguas tierras sagradas de los nativos norteamericanos han terminado albergando residenciales, centros comerciales, y suburbios en Estados Unidos, en un proceso de triste y supuestamente civilizadora desacralización del territorio original. Hasta hoy, las 562 tribús oficialmente reconocidas poseén cerca de 55 millones de acres del territorio estadounidense