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A 63 años del nacimiento del tecnochamán Terence Mckenna, recordamos al más psicodélico de los genios con un flujo memético: materializando el Logos de Gaia

Hace 63 años nació Terence Mckenna, en Peonia, Colorado. Para la generación de los raves y de los microchips, Mckenna es lo más cercano al padre de la nueva psicodelia: el tecnochamanismo (aunque en realidad recordamos a Terence como el tío meta buena onda que te muestra un mundo invisible y te presta su nave espacial). Posiblemente Mckenna sea el más lúcido estudioso de la cultura de las drogas, su obra es en sí misma una droga psicodélica.

Desde temprano en su vida Terence mostró un interés por las plantas y los minerales, lo que le llevó de su jardín, al Amazonas y hasta los Himalayas en búsqueda del santo grial en la botánica, entablando un diálogo con la conciencia de las plantas y su propia concienica (en la que habita (y habla) el universo como fractal:holofloral).

"Siempre he sido extraordinariamente obsesivo en torno a un tipo de iridiscencia, una cualidad que puede hechizar a la materia, a una persona o una pintura. Mi primera obsesión fueron lo minerales. De los minerales me fui a las mariposas, y de las mariposas a la ciencia ficción, la cual consideró como una sustancia psicodélica, porque potencia la imaginación".

Terence murió (o cruzó hacia el "hoyo negro") en el año 200o en Hawai de cáncer en el cerebro, sin embargo dejó una obra imperecedera en su humor y en su capacidad de estimular a sus lectores (o a sus escuchas: sus charlas y musicalizaciones circulan profusamente el internet) a pensar por sí mismos y a experimentar con las plantas sagradas, recanalizadas desde las culturas chamánicas hacia un puente con la civilización actual: la primera tecnología para acceder a nuestro propio código o espíritu. Las plantas (y sus espíritus) comparten un poderoso campo mórfico de resonancia a través del cual se puede acceder a información arquetípica, que borra las fronteras entre la mente y la materia y el hombre y las estrellas (y las conciencias de las estrellas).

"El planeta tiene una especie de inteligencia, realmente puede abrir un canal de comunicación con un ser individual. El mensaje que la naturaleza envía es: transforma tu conciencia a través de una sinergia entre la cultura electrónica y la imaginación psicodélica, una sinergia entre la danza y la idea, entre el entendimiento y la intuición, y disuelve las fronteras que te cultura ha impuesto sobre ti, para formar parte de la supermente de Gaia".

Terence es responsable de propalar al mundo quizá el psicodélico más potente jamás conocido, el DMT. Según él, no tener una experiencia profundamente psicodélica era lo mismo que morir sin jamás haber tenido sexo.

En su libro "Food of the Gods", Mckenna traza una tentativa historia de las drogas, exponiendo cómo sustancias como el café, el azúcar, el tabaco y el alcohol han sido usadas para difundir un paradigma social en una dinámica de conquista y cómo estas sustancias son preferidas y promovidas por la cultura dominante ya que transmiten sus valores, a diferencia de las sustancias psicodélicas que cuestionan estos valores. Generalmente las drogas como el alcohol y la cocaína son extrovertidas y enajenantes; los hongos o la ayahuacsa, son introvertidas y reconectantes.

"Si las palabras 'vida, libertad y la búsqueda de la felicidad' no incluyen el derecho a experimentar con tu propia conciencia, entonces la Declaración de la Independencia no vale el cañamo en el que fue escrita".

Mckenna encarna como un extraño puente entre la alquimia y la tecnología, entre el arte y la ciencia, conjugando a John Dee con Mcluhan o a James Joyce con Tim Leary, es una especie de bricoleur technicolor donde la irradiación cultural de las vanguardias confluyen en el prístino tallo de una planta: el enteógeno. Nos acercamos a la Gaia de Lovelock o a la Noósfera de Teilhard de Chardin desde la frase de Joyce "mamma matrix most mysterious". Entendemos al ovni desde el otro (el extraño atractor), el ovni espejo dentro de nosotros que nos conecta con el todo, como reflejo de nuestra conciencia siendo seducida por la información, creando la realidad. La clave está en nuestros propios neurotransimores haciendo interfaz con las plantas. "El telescopio Hubble está adentro de nuestro cerebro".

"Lo que está pasando en nuestro mundo es el ingreso de la novedad a lo que Whitehead llamaba "concrescencia, la espiral se tensa. Todo está fluyendo junto. El "lapis autopoético", la piedra alquímica al final del tiempo, que se funde cuando las leyes de la física se vuelven obsoletas, el universo desaparece, y lo que queda es un pleno tensamente unido, la mónada, capaz de expresarse a sí misma, en vez de sólo proyectar su sombra en la física como su reflejo. Me acercó aquí al clásico pensamiento milenarista y apocalíptico en mi visión del ritmo al que el cambio se está acelerando. Por la forma en la que el giro en la espiral se está tensando, me parece que la concrescencia ocurrirá pronto -cerca del 2012. Será la entrada de nuestra especie al hiperespacio, pero parecera el fin de las leyes físicas acompañadas por el desprendimiento de la mente hacia la imaginación".

Mckenna es uno de los principales responsables en inmanentizar el 2012 como un atractor hacia el fin de la historia. Desde los principios de los 70 en su libro "The Invisible Landscape", un análisis del tiempo como un fractal utilizando al I-Ching como modelo, Terence vio una aceleración en el proceso de novedad evolutiva culminando en el 2012. Mckenna escribió su texto, junto con su hermano, sin conocimiento del fin del calendario maya el 21 de diciembre del 2012.

Hoy 16 de noviembre recordamos a Terence Mckenna, el juglar cósmico , que dejo en su obra y vida uno de los más estimulantes mapas de realidad para atravesar el espacio interior hacia el espacio exterior donde la Tierra es una perla azul en la diádema de la divinidad cuyo cuerpo habitamos.

"Brinca al abismo y descubre que es una cama emplumada".

"Somos parte de una relación simbiótica con algo que se disfraza a sí mismo como una invasión extraterrestre para así no alarmarnos".

"El verdadero secreto de la magia es que el mundo está hecho de palabras. Y cuando sabes las palabras de las que el mundo está hecho, puedes hacer de él lo que quieras... si el mundo está hecho de código, entonces lo podemos hackear."

Terence Mckenna en Teleomorph

Terence Mckenna Fusion Anomaly

Terence Mckenna Deoxy

Alechemical Garden at the End of Time

Terence Mckenna River on Mirror

Poema a Terence Mckenna