Al momento que la ola de la legalización de la marihuana en Estados Unidos atraviesa su máxima cresta, los ciudadanos de Portland, Oregon, una de las ciudades más liberales de ese país, tendrán la posibilidad de convivir y fumar cannabis en un espacio común.
El Cannabis Cafe, un edificio de 2 pisos que antes albergaba un club erótico llamado Rumpspankers, abrió sus puertas la semana pasada y ofrece a sus miembros la posibilidad de disfrutar de las bondades de la ganja siempre y cuando tengan un licencia médica para consumir marihuana. El café no cobra por la marihuana, la cual es dispensada por los "budtenders"; los miembros deben de pagar 25 dólares al mes para usar las instalaciones del lugar, con capacidad para 100 personas y abrierto de 10 a.m. a 10 p.m. El dueño del lugar -junto con miembros del grupo pro legalización NORML- planea impulsar seminarios, clases, una universidad comunitaria del cannabis y hasta bodas temáticas en el salón del segundo piso del café
La apertura del primer cofeeshop de marihuana se da un mes después de que el gobierno de Obama haya dado indicaciones a los fiscales federales de que no persiguieran a los pacientes que fuman marihuana por razones médicas o a los lugares que la proveen. La marihuana es legal en 13 estados en EU, pero sigue siendo ilegal en el marco federal.
Por otra parte la ciudad de Los Angeles está considerando limitar el número de lugares con licencia para vender marihuana para uso médico, ya que la proliferación de estos sitios ha hecho difícil hacer cumplir las normas con las que se dispensa la sustancia. Actualmente se puede caminar por cualquier barrio hip de L.A. y ser recibido por un "kush doctor" en el mismo lugar en el que se vende la marihuana y obtener una licencia sin muchas dificultades, acaso fingiendo un dolor de cabeza crónico. Lo cual da acceso a una buoyante industria de productos de cannabis: pastillas de hash, rice krispis de acapulco gold, galletas de auroras boreales y a miles de diferentes cepas de ganja para fumar.
Pese a la ridícula facilidad con la que se accede a la marihuana en Los Angeles (los kush doctors no son muy exigentes) el caso para su legalización, no sólo médica, se mantiene. Esta estética gráfica no miente (y seduce bastante hacia el potencial ganja's freeland).
