Dulces sueños trancelestes: Will Cotton convertirá una galería en pastelería
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 11/12/2009
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 11/12/2009
El pintor estadounidense Will Cotton llenará de dulces, pasteles, tartas y demás golosinas gourmet la galería en la que se exhibe su nueva obra para transportar a los asistentes a una dimensión de sensualidad etérea. Los golosos diletantes que acudan a la Partners & Spade gallery de Nueva York el 15, el 18 y el 22 de noviembre probarán los postres horneados por el propio Cotton mientras se huelgan en la pinturas y languidamente se desdoblan en campos de erótica onírica.
Cotton, en depurados óleos que técnicamente recuerdan a los maestros pastorales de siglos consumidos, se caracteriza por retratar los modernos placeres prohibidos: principalmente la relación entre el dulce y el sexo. Hedonismo radiante, goces de Falstaff o revisiones del cielo de Dante, del cielo espiritual y del bosque mágico desde el espectro de la sociedad actual, lite, cuyo máximo deseo es una supermodelo o una orgía de postres. Literalmente el arte se hace agua en la boca y en el ojo (eyecandy y sugarhigh).
El apellido de Cotton (algodón) es autoprofecía: las nubes del cielo serán algodones de dulce, colchones etéreos, rozagantes tálamos (como colinas o senos) donde recostarse y disfrutar de las mil y una tentaciones de la Gran Confitería, no sin culpa.
Una buena pregunta viendo esta imagen es quién es el ser imbricado en el algodón de nube. Un dios que sale del dulce rosa. Zeus-Cisne. Un pegaso, El arcángel que se desliza sobre una pelirroja Marylin Monroe (o feral Lolita ¿tal vez la mujer escarlata con la que Aleister Crowley realizaba su magia sexual?). Pomíferos entrelazamientos metahistóricos en el lienzo: portal de las nubes, adivinar el diseño del cielo y buscar la dulzura prometida por la prístina seducción.
Bosque de caramelos de colores en invierno. La piel rosa, nívea, es tanto la tentación espiritual (gélida) como la tentación carnal (el rubor). Sentarse en esa banca es extender un sueño hacia el infinito de las líneas.
Notablemente en Cotton lo melífluo no tiene que ser cursi. Se desborda en pasteles de pop supernatural. Los helados son hongos entre las paletas galácticas. Las cortinas se pueden comer y la inocente modelo (¿cute, pero diabólica?) también, pero seguramente sería como una fruta prohibida.
Obsesión por la casa de Hansel y Gretel, el cuento de hadas como trickster (se siente la presencia de la bruja... los dulces serán la perdición). También microcosmos de las formas: el caramelo es madera, la crema batida es nieve, los M &M's y los cacahuates son piedras: un arco de estructuras de golosinas fractales.
"La diferencia entre visitar mi pastelería y cualquier otra es esencialmente la curaduría. No es sólo una selección de azarosos dulces, es una colección de sabores y olores que han sido importantes en mi trabajo y han in-formado mucha de la imaginaría", dice el sensualista Cotton, quien además mezclará un elemento erótico adicional al vestir a sus ayudantes con sexy tiaras de bizcochos hechas a mano.