Aparentemente la ciencia ha tardado más de cinco siglos para darse cuenta que el cosmos esta realmente en nuestras manos (y siempre lo ha estado), ya que somos parte integral del universo más allá de escuelas del pensamiento, los métodos o las ideologías.
Sin embargo, el que podamos hoy tener como centro de mesa un agujero negro parece acercar el entendimiento racional con el hecho de que simplemente somos una frecuencia holográfica más, una proyección física de nuestra conciencia, aparentemente somos seres mágicamente condenados a la absorción y transmutación de la luz.
Este coqueto agujero negro, desarrollado por los científicos de la Universidad del Sureste, en Nanjing, China, Tie Jun Cui y Qiang Cheng, esta formado por 60 estratos de circuitos concéntricamente alineados, creados a partir de los llamados “metamateriales” y recubiertos de cobre. Cada estrato con patrones que alternadamente vibran o se mantienen estáticos en respuesta al paso de las ondas electromagnéticas. En conjunto los patrones absorben por completo la radiación de las microondas y convierten su energía en calor.
En palabras de uno de sus creadores :
“Cuando la onda electromagnética incidental penetra el dispositivo queda atrapada y es guiada hacia el centro del agujero negro para posteriormente ser absorbida. Esta onda jamás volverá a salir del dispositivo”.
Las posibles aplicaciones de esta nueva tecnología, ligadas al desarrollo de dispositivos que puedan generar energía en formas alternativas, hacen de este agujero negro “portátil” un tótem de la esperanza tecnoluminosa y un juguete cósmico absolutamente seductor.
Vía New Scientist