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El sexo en el espacio ya ha sido probado por astronautas de la NASA

Por: Jimena O. - 10/22/2009

La cópula en gravedad cero presenta sus problemas; NASA grabó experimentos sexuales en los que se encontró que sólo 4 posiciones son viables sin asistencia mecánica (el misionero no es realizable en una misión espacial).

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El sexo en el espacio ya ha sido realizado y no sólo por extraterrestres tecnológicamente avanzados, sino también por seres humanos como parta de diversos programas de la NASA, esto fue revelado por Pierre Kohler, en su libro The Final Mission: Mir, The Human Adventure.

Aunque la NASA negó hace unos años esto, al parecer la agencia espacial comparte los tabús del caso; según Kohler la concreción sexual se llevó a cabo en 1996 como parte del proyecto STS-XX, en el que se experimentó con diversas posiciones sexuales en un atmósfera ingrávida.

La misión sexual de la NASA, enfocada ha estudiar si los seres humanos podrían sobrevivir largos periodos en órbita, reproduciéndose en el espacio, probó que sólo 4 posiciones son posibles en gravedad cero sin asistencia mecánica, y que la posición del misionero no es una de ellas. Ahora bien, sólo se probaron 20 posiciones, las cuales fueron obtenidas a través de una simulación computarizada como las más víables: falta ver la extensión de la imaginación erótica de las computadoras y los científicos de la NASA, por nuestra parte dudamos que su estudio sea exhaustivo.

Y teniendo en cuenta el hermetismo y el celoso manejo de la información que caracteriza a la agencia espacial estadounidense, no sería del todo extraño que se haya concebido a un bebé en gravedad cero: el bebé cósmico de la burbuja espacial que aparece en la película Odisea al Espacio 2001, de Kubrick, podría flotar entre nosotros.

Kohler señala que los experimentos sexuales fueron grabados, así que existe en algún lugar una copia de porno espacial, pero añade que estos videos fueron censurados incluso dentro de la NASA, puesto que al parecer la agencia espacial es bastante recatada o al menos eso es lo que nos quiere hacer pensar.

Los amantes espaciales que buscaran copular en gravedad cero se enfrentarían con la dificultad de mantener su "conexión", el hombre podría notar que el tamaño de su pene disminuye debido a la menor presión sanguínea de la microgravedad, pero también el sexo sería más caliente y húmedo ya que no existe convección natural que se lleve el calor corporal (esto podría propiciar un poético efecto secundario al percibir las gotas de sudor como perlas flotantes en el aire, las cuales bajo cierta iluminación podría parecer diamantes irisados y quizá, extendiendo la imaginación, la eyaculación podría crear, lujo de la simetría, un cometa de esperma).

Pese a sus complicaciones, el sexo en el espacio no deja de ser atractivo: se puede ensayar estimular el Punto G en Cero-G o intentar aquella mítica posición aérea, yóguica o circense, en la que la metáfora de la elevación erótica podría, entre astronautas versados, tomar realidad al concretar la cópula volando.

Vía The Guardian

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