Una nueva vacuna podría permitir a algunos adictos liberarse de las garras de Doña Blanca (esa señora que en la primera cita se viste de una sensual chica (como Kate Moss) pero que poco tiempo después revela su verdadero rostro decrépito). Científicos de Yale han desarrollado una vacuna para el tratamiento de la adicción a la cocaína que una vez inyectada eleva el nivel de los anticuerpos en la sangre y hace inactiva la droga antes de que el usario note sus efectos en el cerebro.
La vacuna está en fase de prueba y hasta el momento sólo tiene éxito en el 38% de los vacunado y por sólo 2 meses. Los científicos buscan extender los efectos de la vacuna, que aunque no presenta datos tan favorables, es esperanzadora para los millones de yonkis en el mundo que luchan sin cuartel con una de las sustancias más adictivas que conoce el hombre (por algo le llaman la caspa del diablo).
Por otra parte mientras se fabrican vacunas para todas las enfermedades, en la matriz botánica del planeta existen poderosas sustancias que pueden ser usadas como medicinas integrales. La ibogamina y la ayahuasca han sido usadas con cierta efectividad en el tratamiento de la adicción a la cocaína, al presentar al paciente una experiencia poderosa de transformación, que no sólo les hace dejar la droga sino generalmente enriquece sus vidas y su forma de relacionarse con el mundo. En la oscura noche del alma los demonios se arrojan al fuego (por la resbaladilla de nieve) y se convierten en estrellas.
