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Todos Quieren la Substancia D. (Ensayo sobre Phillip K. Dick: parte I/II )

Arte

Por: Jimena O. - 06/21/2009

Primera parte de una cirujía introspectiva a través del universo de Phillip K. Dick, antagónico maverick del género de la ciencia ficción y autor de Scanner Darkly, entre otras obras maestras

“Yo soy un filosofo ficcionalizador, no un novelista;

mi habilidad para escribir novelas e historias cortas la

empleo como una manera de formular mi percepción.

El centro de mi escritura no es el arte sino la verdad”

En "Una Mirada a la Obscuridad" (Scanner Darkly, 1977) Phillip K. Dick, plantea a un personaje llamado Robert Arctor como un adicto a la substancia D al mismo tiempo que es un oficial anti-narcóticos que usa un traje que le puede dar la apariencia física de cualquier individuo que este programado en su memoria.

El libro ocurre en el condado de Orange County, y cuando lo leí me encontraba en ese condado del sur de California, era muy simpatico caminar a la lavanderia ó al cine y leer los nombres de las avenidas que leía también en las páginas de esta obra maestra: Ketella, Batavia, Santa Ana Freeway, etc…

Esta gema literaria, es un documento historico de una época que miraba hacia adelante a donde estamos, una especie de novela policíaca de ciencia ficción, con grandes resonancias metafisicamente filosóficas. Al mismo tiempo es una apología contra las drogas y una alabanza a sus consumidores como victimas de un sistema, en el sentido de cuestionar: ¿Porqué es que existen? ¿Quién las consume? Pero sobre todo ¿quién las produce, distribuye y explota, podría ser el mismo que las sanciona y hace guerras en su contra?

Philip K. Dick tenía visiones proféticas, alegóricas y en algunas ocasiones llegaban más lejos. Tim Powers, el imaginativo escritor (su libro La Última Partida lo recomiendo ampliamente) y amigo del difunto, escribió en una carta para Lawrence Sutin (el biógrafo de Dick):

“El Lunes por la noche él me llamó (Dick) y dijó que la noche anterior, el Domingo, fumó algo de marihuana que un visitante había dejado, y que se sintió entrando en un estado algo familiar en el que tenía visiones (generalmente sin el uso de drogas, a menos que usted cuente la vitamina C como una droga), y dijo, “Quiero ver a Dios. Déjame verte.” Instantáneamente, me dijo, estaba alagado por el horror más extremo que nunca sintió, y vió el Arca del Convenio, y una voz le decía, “No vendrás a mi a través de evidencia lógica o fé o nada más, así que te debo de convencer de esta manera.”

“La cortina del Arca se corrió, y vió, aparentemente, un vacío y un triángulo con un ojo en él (enfático), mirándolo fijamente. (Qué prosaicamente escribo esto, especialmente cuando creo que es cierto) Phil dijo que estaba de rodillas y apoyado en el suelo con sus manos, en terror absoluto, aguantando la Visión Beatífica desde las 9pm del Domingo hasta las 5am del Lunes. Dijo que estaba seguro de estar muriendo, y si hubiera podido alcanzar el teléfono hubiera llamado a los paramédicos. La Voz le dijo, en efecto, “Haz logrado convencerte de no creer todo, te dejo ver, pero esto no lo vas a poder olvidar, adaptar o ni siquiera malinterpretar.”

Phil comento que durante su calvario dijo: “nunca más usaré drogas” y la Voz le contesto, “Esa no es la cuestión.”

Otro ejemplo de visiones sucedio cuando, en Marzo de 1974 y sufriendo the dos muelas del juicio, esperando en su apartamento en Anaheim, California (Orange County) por un analgésico de alguna farmacia local. Cuando arribó la persona que lo venía entregar a la puerta, era una mujer que traía colgado un collar con un pez de oro. K. Dick dijo:

“Por alguna extraña razón fuí hipnotizado por el brillo del pez dorado; olvidé mi dolor, olvidé el medicamento, olvidé la razón de que la chica estuviera ahí parada. Sólo seguí mirando la señal del pez. ¿Qué significa? Le pregunté. La chica tocó el pez brillante con su mano y dijo: Es un signo que usaron los primeros cristianos. Luego me dió el paquete con la medicina.”

“En ese instante, mientras estaba concentrado viendo atentamente el pez brillante, subitamente experimente lo que se conoce como anemnesis, es una palabra griega que quiere decir, literalmente, “pérdida del olvido”"

“Recordé quien era y la razón de estar ahí. En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, regresó a mi. No solo podía recordarlo sino verlo. La mujer era una Cristiana en secreto y yo también. Viviamos en miedo de ser sorprendidos por los romanos. Teníamos que comunicarnos por signos crípticos. Ella me acababa de decir todo esto, y era verdad.”

La súbita afluencia de conocimiento fue causada por un rayo de luz de color rosado que se disparó del collar, aparentemente penetrando directamente la cabeza de Dick e impartiendo un vasto muestrario de información, incluyendo el conocimiento de varios lenguajes que él no entendía previamente. Además de sentir una especie de hiper-racionalización, Dick sintió que había sido sujeto por una mente superior que tenía memorias que venían de hace más de dos mil años. Más tarde Dick escucho mensajes agitados y grotescos provenientes de su radio, que le decían que muriera, y tuvo visiones durante toda la noche similares a pinturas abstractas proyectadas en sucesión sobre su Mirada mental.

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También experimentó una sobre-imposición de características romanas antiguas sobre las de California en los 70´s, y formo una convicción de que el mundo actual estaba atrapado en una prisión de acero negra, un estado de condena espiritual (y probablemente física también).

Pilip K. Dick nació prematuramente junto con su hermana gemela Jane, en Chicago en Diciembre 16 de 1928, lo que lo hizo un Sagitario. Su padre fue Edgar Dick, su madre fue Dorothy Kindred, de su madre proviene su inicial antes del apellido. Jane murió seis semanas después de su nacimiento, una pérdida que Phil resintió profundamente toda su vida, culpando a su madre de esta perdida.

En séptimo grado, Dick comenzó a sufrir ataques de vertigo extremo. En su adolecencia se le diagnosticó esquizofrenia, una etiqueta que lo aterrorizaba. Más tarde otros doctores lo diagnosticaron distinto, incluyendo uno que decía que estaba totalmente sano.

“Tenía doce años cuando leí mi primer revista de ciencia ficción, me tope con la revista de forma accidental de hecho yo buscaba una revista de ciencia y quedé maravillado ¿historias sobre ciencia? De golpe reconocí la magia que había encontrado a temprana edad, en los libros de Oz, esta magia no usaba baritas magicas sino ciencia. Comprendí que la magia equivale a la ciencia, y la ciencia (del futuro) equivale a la magia.”

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Esto no quiere decir que Philip K. Dick solo leía ciencia ficción en esta época. Al contrario, era un lector rapaz, Anabasis de Jenofonte, Finnegans Wake de James Joyce, los realistas franceses como Stendhal, Flaubert y Maupassant, todo esto en sus veintes tempranos. Le daba crédito al escritor americano de la depresión, James T. Farrell, por dejarlo ver como construir los primeros relatos de ciencia ficción que comenzó a vender en los primeros años de los 50´s.

Leer segunda parte de "Todos quieren la substancia D"

Autor: Psicanzuelo / Colaborador PS

Blog del autor: Psicanzuelo

Más sobre Phillip K. Dick:

Phillipkdick.com

Wired: The second coming of Phillip K. Dick

Otras colaboraciones de Psicanzuelo:

El metal come la carne (ensayo sobre la obra de Michael Crichton)

Ensayo sobre la obra de David Cronenberg