El Prada Transformer, diseñado por el arquitecto holandés Rem Koolhaas, se ha transformado por segunda vez para convertirse en la sede de un festival de cine en Seúl, Corea del Sur. Un teatro del futuro que conjuga la fascinación por la robótica y la hipergeometría, de una manera en la que la forma es función.
El edificio, como una oda tecnológica a la mutabilidad, sólo tendrá seis meses de vida; fue inaugurado a finales de abril con un instalación de Prada, luego mutó hacia al actual festival de cine curado por Alejandro González Iñárritu; su tercera mutación será para la instalación Turn Into Me de la sueca Nathalie Djurberg y cerrara con exclusivo desfile y cóctel de Prada para 500 personas.
El Prada Transformer es un tetraedro envuelto en una membrana translúcida elástica. La metamórfosis del Transformer hace que en sucesivos eventos el piso se convierta en la pared, la pared en el techo y el techo en el piso, etc.
"Lo interesante de este edificio es la conciencia del transformer como un organismo dinámico, opuesto a un objeto estático, donde arbitrariamente el programa se adapta a la estructura. El Prada Transformer ayuda a craer una dimensión extra en relación con esta tipología al permitir su transformación en tiempo real dependiendo del programa que va a acomodar en su interior", dice Rem Koolhaas.
Seúl es el lugar perfecto para un edifcio así según la firma del vanguardista Koolhaas. "Puedes encontrar una iglesia a un lado de un salón de belleza. Un rascacielos en una montaña.
Vía The Daily Beast Wired: From Bauhaus to Koolhaas Desaparece en el bosque: arquitectos suecos crean hotel ‘invisible’