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El documental "Picture Me" de la modelo Sara Ziff retrata una industria predatoria que se alimenta de crear fantasías a través de niñas adolescentes que no tienen idea del sexo, pero que son usadas sexualmente.

1_sara-ziff-backstage-001Algo que todos saben pero que nadie dice: de eso trata la película Picture Me de la modelo-directora Sara Ziff. El mundo de la moda se sirve de adolescentes inocentes en un contexto de adultos donde se comercia fundamentalmente con la imagen del sexo y el cual pone a las modelos en situaciones comprometedoras para las que ciertamente no están preparadas.

El documental de Sara Ziff recoge una serie de entrevistas en las que modelos narran el lado secreto de la moda: la explotación laboral y sexual que sufren muchas de ellas. La modelo Sena Cech, una de las pocas que no ocultó su nombre, cuenta a la cámara cómo en un casting con un renombrado fotógrafo se le pide quitarse la ropa, ella lo hace,y el fotógrafo también se quita la ropa. “Nena haz algo sexy”, le dice el fotógrafo, mientras su asistente le dice a la modelo “Tómale la verga y apriétala duro, le encanta cuando haces eso”. Y ella lo hace.

El día siguiente le hablan para decirle que el trabajo es suyo si lo quiere, pero ella se siente mal y lo rechaza, claro que jamás revela el nombre del fotógrafo.

Picture Me Trailer

Según Sara Ziff la mayoría de las modelos ha pasado por situaciones similares, ella incluida, pero evidentemente decirlo no es algo con lo que se sientan cómodas. Puesto que están lidiando con hombres bastante poderosos y ellas son desechables, siempre hay una nueva chica de 15 años que las puede reemplazar.

“Es una relación inherentemente desbalanceada cuando juntas a una niña de 15 años con un hombre de 45 que está intentando crear una imagen sexualizada. Estás llamando problemas”, dice Ziff.

Ziff cuenta que cuando empezó a modelar a los 14 años un fotógrafo le pidió que se quitara la camisa1_sara_ziff_video_picture-me_ y el brassiere cuando todavía no le crecían los senos. Ella lo hizo y consiguió el trabajo, por lo cual se sintió feliz. “A mi sólo me importaba sentir que les gustaba y conseguir el trabajo, no me sentía ni remotamente sexy”.

Y esa es parte de la cuestión, que se les persuade a “adolescentes virginales” a posar de forma sexual cuando muchas de ellas no tienen idea de lo que eso significa. Además de que muchas no tienen la compañía de sus padres, sino que son manejadas por agencias que a veces hasta les recomiendan dormir con los fotógrafos o con clientes; muchas no hablan el idioma del lugar donde están y son el soporte de su familia en lugares como Latvia o Ucrania.

“En un nivel alto no existe separación entre el trabajo y la vida. Se espera que vayas a fiestas y hagas relaciones. Hay presiones para que te tomes unos tragos con alguien que tiene un motivo ulterior y no ofenderlos porque te pueden contratar para una campaña de 100 mil dólares. Tienen el poder”.

“Te conviertes en una muñeca viviente”, dice Ziff, que ganó cientos de miles de dólares y fue la imagen de marcas como Calvin Klein, Dolce & Gabanna, Tommy Hilfiger y Stella McCartney (a los 20 años ganaba más que su padre), pero a la vez decidió estudiar una carrera universitaria, siguiendo la tradición académica de su familia (de la cual se había rebelado).

Pero pese a todo el dinero que ganan las modelos no tienen control de sus vidas o de su tiempo: se convierten en una especie de Peter pans sexuales (o andróginos) a los que se le dice qué hacer y que pasan su vida en aviones, hoteles y en largas jornadas de trabajo. Se les fomenta a no pensar en su futuro, a vivir en un ilusorio presente perpetuo donde su cuerpo tiene que permanecer siempre igual. Se dice que muchas modelos pierden peso porque es lo único sobre lo que tienen control.

Son pocas las que logran controlar su carrera y solo después de pagar un caro derecho de piso.

Mientras todo el planeta se quiere ver como ellas, las modelos cuando se ven en las revistas se recriminan lo horrible que lucen, tan inseguras como el planeta al que vuelven inseguro con su imagen de perfección.

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El año pasado la modelo kazaja Ruslana Korshunova se lanzó de su departamento de Manhattan, tenía 19 años y estaba en el mejor momento de su carrera. Se especuló que su suicidio pudo haber sido “provocado” por la mafia rusa o en todo caso por las duras condiciones de trabajo que enfrentan las modelos lejos de casa. El blog Riveronmirror, que dio a conocer la teoría de que Ruslana fue asesinada, publicó una serie de artículos muy interesantes sobre este caso.

El documental Picture Me, filmado como una especie de videodiario informal, fresco, pero incursionando en las telarañas del fashion, ha sido distinguido como la Mejor Película del Festiva de Cine Internacional de Milán.


Vía The Guardian

MySpace de la película Picture Me

Ruslana Korshunova´s Conspiracy Theory Explained

Medios implican a Mafia Rusa en muerte de la modelo Ruslana Korshunova