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Pese a ser condenado por un tribunal de justicia peruano, Alberto Fujimori sigue dictando la agenda política de su país y ahora su hija podría seguir sus pasos a la presidencia
1-chilefujimori_hern-thumb En abril de 1990, cuando el entonces académico de la Universidad Agraria de la Molina, Ingeniero Alberto Fujimori inicio su campaña electoral con el apoyo encubierto de Alan García, no imaginó que la ruta que iniciaba a bordo de su tractor inauguraba una nueva y sorpresiva etapa política en el Perú, que perdura hasta el día de hoy, independientemente del juicio y condena por parte de un tribunal de justicia peruano a Fujimori por violaciones a los derechos humanos. Las razones que sustentan esta afirmación radican en la constante importancia que han tenido los fujimoristas en las decisiones políticas peruanas en los últimos 19 años. Durante los más de 10 años que duro su presidencia, Fujimori fue capaz de transformar y reducir la estructura institucional del Estado Peruano. Acabo con las guerrillas de Sendero Luminoso, sentó las bases de una economía de mercado y elimino el caos inflacionario que en el gobierno de Alan García llegó a más de siete mil por ciento anual (7000 %). En el frente externo solucionó el conflicto con Ecuador y posicionó nuevamente al Perú en los mercados internacionales. Pero no todo fue tersura en su gobierno, su segundo abordo, el abogado Vladimiro Montesinos, construyó toda una red informal de poder, sustentada alrededor del Servicio de Inteligencia Nacional, que implemento una serie de lógicas perversas que tuvieron sus principales puntos fuertes en violaciones sistemáticas a los derechos humanos y en el chantaje hacia sus aliados y adversarios políticos y económicos. Como ejemplo tenemos en la retina la matanza de estudiantes y un profesor de la Universidad la Cantuta, el caso de Barrios Altos y el famoso video en el que Montesinos le entrega un fajo de billetes a un político local. Hoy en día, Fujimori lleva en teoría 8 años alejado del poder, entre sus estancias en Japón, Chile y las cárceles limeñas, ha realizado una seria de acciones con el propósito de defender el legado de su gobierno, pero no solo eso, también logró, junto con sus aliados políticos posicionar al “fujimorismo”, como la tercera fuerza en el Congreso peruano, y hacer de su hija Keiko Fujimori su heredera política y la candidata con mayor apoyo en las encuestas para suceder al Presidente Alan García en el año 2010. Según la última encuesta producida por la Universidad Católica del Perú, Keiko Fujimori cuenta con el 19% de las preferencias electorales de los ciudadanos, esto a pesar de que su padre fue condenado hace tres semanas por un tribunal por violaciones a los derechos humanos. ¿Qué explica la centralidad de Fujimori y el Fujimorismo en la política peruana? Una primera aproximación para construir una explicación radica en un elemento de coherencia política básica en Fujimori. Nunca ha renegado de su obra política y sus opositores nunca han tenido la fuerza para cambiar o al menos transformar su legado, la actual Constitución del Perú es obra de Fujimori, el actual modelo económico es obra de Fujimori, incluso, el actual sistema político solo tiene sentido si gira en torno a Fujimori. El Perú vive el “Síndrome Fujimori”, y no nos sorprendamos que la próxima presidente de este país andino sea mujer y se apellide Fujimori. Mientras sus rivales políticos no construyan una agenda en donde el ex presidente no sea el protagonista, la agenda política peruana será fujimorista. Autor invitado: José Carlos Luque Brazán Mail del autor: pepe_luque@hotmail.com Nuevo artículo de Pepe Luque: Keiko: ¿El descalabro de la heredera de Alberto Fujimori en el Perú?