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Un chico de Sao Paolo revive las visiones de Lovecraft, con sus avatares lógicos: las máquinas, los aliens, los engendros transhumanos y las princesas tecnotrópicas
joao_ruas_hombro-alien La evolución lógica del mundo de H.P. Lovecraft, de sus monstruos prístinos, brotes del huevo del caos, tiene su desenlace natural ( a la vez aberrante) en las distopias futuristas de engendros róboticos cruzados genéticamente con aliens. La morfina de Lovecraft, unida al horror cósmico posmoderno, da lugar a una sociedad entrelazada por máquinas fractales, poesía japonesa de la destrucción, pesadillas vomitadas en pinceles y pasteles: la profunda intuición de que somos parte del indisociable holograma universal, pero que ese holograma es también una espantosa energía de creación, tan divina como bestial. El arte de Joa Ruas, un chico brasileño de 26 años, es parte de continuum espacio-tiempo, la traslación de los monstruos cósmicos ctonianos de Lovecraft al cielo y a la tecnología, su despertar como un extraño equilibrio apocalíptico. Todos los arquetipos de los animale metafísicos en su beta cyberpunk, transhumana, con una posible salvación en el centro, el dejo de la chicas, mangos grises del manga, la única posibilidad de redención en medio del caos, una flor violeta como de ololiuqui, la conciencia que percibe, la mujer con la flama vestal en medio de los lobotrones. [gallery] Joao Ruas Souvlaki Space Station