Durante el mes de marzo la política cubana tomó rumbos inesperados. El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Raúl Castro, removió a varios ministros de su gobierno bajo el argumento de una necesaria renovación administrativa. Entre quienes fueron removidos de sus puestos resaltan dos de los más destacados políticos del régimen castrista de los últimos años, Felipe Pérez Roque, Ministro de Relaciones Exteriores desde 1999 y Carlos Lage, Vicepresidente del Consejo de Estado desde 1993. Estos dos políticos cubanos eran reconocidos por su juventud dentro de la gerontocracia cubana y como posibles sucesores de la dinastía castro. En una serie de cartas hechas pública por el diario Granma, tanto Pérez Roque como Lage hicieron pública sus dimisiones pero también aceptaron lo que ellos llaman “errores”, algo que suscitó diversas interpretaciones sobre lo ocurrido.
Fuera de la Isla hay un gran debate sobre lo que esta ocurriendo. Fidel Castro, en un lenguaje un tanto críptico, divulgó una carta en la que tacha a estos jóvenes políticos de “ambiciosos”. Se han hecho diversas conjeturas sobre el significado de los cambios ejecutados por el gobierno de Raúl Castro . Dentro de toda la gama de hipótesis, el excanciller mexicano durante el gobierno de Vicente Fox, Jorge Castañeda, generó la propia, en la que destaca la posibilidad de un intento de golpe por parte de Lage y Pérez Roque y la posibilidad de un coqueteo por parte de Hugo Chávez.